Dejando atrás todo tipo de controversia y polémica, los Príncipes de Gales han empezado el año con una agenda llena de proyectos. Desde septiembre pasado, cuando se hicieron de su nuevo título y posición ante la ascensión de Carlos III al trono, William y Kate han dejado claro que lo de ellos es el trabajo constante y ver por las distintas causas que representan. Ya sea en conjunto o en solitario, se les ve de forma regular apareciendo en apoyo de sus respectivos patronatos. Fue así que esta mañana, la pareja apareció en el banco de alimentos Windsor Foodshare, en donde se dejaron ver de lo más simpáticos. A pesar de que los Gales guardan el rigor de sus posiciones, las miradas cómplices entre los esposos se logran capturar de vez en vez. Pero, si esto es algo común entre una pareja con más de una década de casados, lo que es muy particular de los Gales es el sentido de competencia que hay entre ellos. Es bien sabido que si se les va a poner a competir en alguna tarea, habrá diversión en la aparición. Esta ocasión no fue diferente, el Príncipe William hizo gala de su sentido del humor, arrancando las risas de los presentes, pero sobre todo de su mujer, a quien quería ganar al momento de organizar los víveres donados.

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La pareja tuvo la oportunidad de conocer a los voluntarios y trabajadores del centro, además de ayudarlos a organizar las donaciones que han recibido y preparar paquetes de víveres para las personas beneficiadas en esta labor. Fue precisamente en ese momento cuando se hizo evidente la competencia que ha caracterizado a los Gales desde su boda en el 2011. Mientras William trabajaba en un lado de la bodega, Kate lo hacía en el otro mientras platicaba con algunas personas del lugar, fue ahí cuando el Príncipe dejó claro que escuchaba mucha charla y poco trabajo, arrancando las risas de los presentes. “¡Hay mucha plática por allá! ¡Tenemos que apurarnos un poco! Ya me enteré de quiénes son las platicadoras por acá”, dijo el Príncipe en un despliegue de carisma que encantó a los presentes.

En temas más serios, la pareja reconoció ampliamente el trabajo que el banco ha hecho a lo largo de una década e incluso, compartieron que sus tres hijos han participado en algunas iniciativas para apoyarlo a través de su colegio. Reconociendo la labor de este banco, la pareja prometió volver sin todo el equipo a ayudarlos en privado.

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Una vez más, tal como ha hecho desde que comenzó el año, la Princesa de Gales ha decidido reciclar piezas conocidas de su guardarropa recurriendo a uno de sus uniformes de invierno más comunes. Esta vez recurriendo al abrigo en fucsia modelo Tilda de Hobbs London, que se puede conseguir por un precio de 299 libras esterlinas (alrededor de $6,991 pesos mexicanos). A juego, en el mismo tono, se le veía lucir un suéter modelo Lara de la misma firma, que tiene un precio de 75 libras esterlinas (aproximadamente $1,746 pesos mexicanos).

También de su clóset, Kate retomó sus pantalones de vestir en azul marino de la firma Jigsaw, que se encuentran disponibles por 130 libras esterlinas (algo así como $3,026 pesos mexicanos). Los zapatos, a juego, eran los Josie de Emmy London, que le hemos visto en repetidas ocasiones a lo largo de los años, al igual que su cinturón de Anderson’s. El toque final lo dieron los aretes estilo arracada de Orelia, que se pueden comprar por solamente 18 libras esterlinas (alrededor de $420 pesos mexicanos).