Sus médicos han dicho que la emperatriz sigue 'recuperándose'

Masako de Japón cumple 58 años recordando la mayoría de edad de su hija Aiko

La esposa del emperador Naruhito continúa luchando con sus problemas de depresión que arrastra desde 2004

Por Beatriz Castrillo

La emperatriz Masako de Japón, esposa de Naruhito, cumple 58 años. Poco dada a hablar, ha querido romper su silencio para hablar de sus impresiones en una fecha tan señalada. No es la única que se ha pronunciado, también sus médicos han dado una actualización sobre su estado de salud. La emperatriz arrastra una depresión desde hace años y fue en 2004 cuando la Casa Imperial reconoció la enfermedad. Masako, que ha enmarcado su cumpleaños con nuevos retratos oficiales en los que también aparece su marido, ha querido poner el foco en su faceta más maternal y en la mayoría de edad de su única hija, la princesa Aiko, que cumplió los 20 años el pasado 1 de diciembre y se estrenó en la vida institucional unos días más tarde. Masako ha querido agradecer “el cálido apoyo que ha recibido Aiko por su mayoría de edad y lo rápido que ha crecido la Princesa

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La Agencia de la Casa Imperial ha distribuido varias imágenes de la emperatriz y de su marido. En ellas Masako aparece con un traje dorado a juego con la corbata de su marido. La pareja imperial, que se casó el 9 de junio de 1993, aparece sentada en uno de los salones de Palacio. Para Masako ver crecer a su hija ha sido la tarea más importante de su vida y así ha querido recordarlo. “Los veinte años desde el nacimiento de Aiko parecen largos y fugaces, pero estoy profundamente conmovida por los muchos recuerdos que me vienen a la mente”, ha dicho en un comunicado. “Es difícil de creer que la pequeña Aiko ya sea adulta. Me gustaría expresar mi más sincera gratitud a todos los que la han seguido con entusiasmo su crecimiento (…) Espero que Aiko continúe creciendo paso a paso mientras acumula experiencias y pueda cumplir con sus deberes como miembro de la Familia Imperial”, ha dicho.

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La princesa Aiko, que a pesar de ser hija del emperador no es la heredera al trono (en Japón rige la ley sálica, motivo por el que no es la primera en la línea de sucesión), cumplió el pasado 1 de diciembre 20 años, la mayoría de edad en el país nipón que hasta abril de 2022 no la rebajará hasta los 18. Cuatro días después, la Princesa lo celebró con una ceremonia oficial en la que lució por primera vez una tiara, con vestido largo blanco, como dicta el protocolo, y que supone el inicio de su vida institucional, en la que fue condecorada con el gran cordón de la Orden de la Preciosa Corona. A partir de ahora, tendrá funciones oficiales y llenará, en parte, el hueco que ha dejado su prima, la ya exprincesa Mako, que ha perdido su título y se ha desvinculado de la Casa Imperial al casarse con una persona sin sangre azul.

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Masako de Japón también ha querido recordar el difícil año que el mundo ha vivido a causa del coronavirus. “Ha sido muy desgarrador, con muchas personas muriendo no solo en Japón sino en todo el mundo”, ha manifestado y ha querido recordar el terremoto que asoló la isla hace diez años. Al respecto dijo: “Yo misma tuve la oportunidad de ver el estado de la reconstrucción de Iwate, Miyagi y Fukushima y hablar con las víctimas. Es desgarrador que haya personas que aún no pueden reconstruir sus vidas y esas que tienen un trauma que no se puede curar. Me gustaría seguir prestando mucha atención a las personas en las áreas afectadas con su Majestad”.

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En su extenso comunicado, la emperatriz también habla de los desastres provocados por el cambio climático, de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y de su traslado al Palacio Imperial una vez que se produjo la entronización de su marido, en 2019. Masako termina su declaración agradeciendo a su marido su “continua preocupación por mi condición física”. “Me gustaría continuar mis esfuerzos para mejorar mi salud para poder cumplir con mis deberes”, ha dicho. Sobre los problemas que arrastra la emperatriz de estrés y tensiones, sus médicos aseguran que “todavía está en proceso de recuperación y hay altibajos en su salud. Es posible que se sienta cansada durante un tiempo después de un gran evento (…) Es importante que Su Majestad la emperatriz continúe el tratamiento con la comprensión y el apoyo de las personas que la rodean y les pedimos su continuo y cálido apoyo”.