La Princesa Beatriz está viviendo un momento especial en su vida, un año después de haberse casado con Edoardo Mapelli Mozzi, se encuentra a punto de recibir a su primer hijo. Refugiada en esta felicidad, Beatriz se ha mantenido alejada de la polémica que rodea a su padre y ha continuado con su agenda de forma regular. A diferencia de su hermana menor, no se sabe que ella haya visitado a sus padres en Escocia, donde pasan el verano con la Reina Isabel, en lo que mucho se ha comentado fue una reunión de crisis ante lo sucedido. Después de haber tenido un compromiso laboral en Nueva York, Beatriz se encuentra de vuelta en Reino Unido, desde donde ha participado en una videollamada en su papel de patrona de la Helen Arkell Dyslexia Charity para el número digital de regreso a clases de HELLO!. En ella la Princesa se ha abierto de capa para hablar de una situación que marcó su vida escolar, la dislexia.
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La Princesa confesó que la razón por la que se ha abierto sobre su experiencia, es que quiere ayudar a jóvenes que están enfrentándose a lo que ella vivió. “Honestamente, lo que me inspiró a hablar de la dislexia de la forma en que lo he hecho es que realmente quiero cambiar la narrativa. Fui muy afortunada, porque desde la primera vez que me dijeron que tenía dislexia, ninguna persona alrededor de mí me hizo sentir menos que los demás. Siempre fue sobre seguir adelante, sobre lo que puedes hacer y nunca sobre lo que no puedes”, compartió.
“Tener dislexia y reflexionar en el momento en el que estoy ahora en mi carrera y como una persona más grande, viendo hacia el pasado, definitivamente me ha dejado ver las cosas de una forma nueva”, la Princesa explica que es en cuestiones pequeñas que se da cuenta que tiene una manera diferente de encontrar soluciones lo que ve como un regalo, aunque, admite que su ortografía no es la mejor por esto, por lo que odiaba escribir ensayos en su etapa escolar.
Por supuesto, aunque ahora lo ve como un gran regalo esto no fue siempre así, confesando que de pequeña las cosas eran diferentes: “De mis años escolares, me acuerdo sentirme muy confundida…Pero esa sensación de confusión, ese sentimiento como de que eres extraña...esos años entre 7 y 11, en verdad descubriendo lo que puedes o no puedes hacer, me he dado cuenta de que era la formación para algunas de mis mejores tomas de decisiones”. Beatriz revela que ella fue especialmente afortunada de trabajar con grandes maestros, lo que le ayudó a encontrar la manera de lidiar con esto. También es por esto que está tan entregada a su labor como patrona de esta fundación porque en sus palabras está ‘increíblemente agradecida’.
Cómo se siente ante la llegada de su bebé
Con un bebé en camino, se le preguntó qué piensa sobre esta situación: “Es una gran pregunta, lo he estado pensando. Si cualquier hijo que yo tenga o futuros bebés que vengan en el camino son suficientemente afortunados de ser diagnosticados con dislexia, me sentiría increíblemente agradecida de tener herramientas como las del Helen Arkell Center para poder ayudarlos, para darles ese apoyo extra. Mi esposo también tiene dislexia, así que veremos si tenemos esta conversación en unos meses con un nuevo bebé en la casa”.
Honesta y abierta, continuó: “En verdad lo veo como un don, y pienso que en la vida son los momentos que te retan los que te forman. Por supuesto, no quisiera que estuvieran en ninguna situación difícil, pero siento que si podemos adoptar algunas de las herramientas en las que Helen Arkell y otros están trabajando, seríamos muy afortunados”. La Princesa confesó que las clases a distancia no son su fuerte y que tuvo la oportunidad de trabajar con el hijo de su esposo en estos meses, algo de lo que aprendió mucho.
Mostrando una faceta que no habíamos visto nunca antes, una emocionada Beatriz confesó que éste es su tema favorito, y que podría hablar sobre él por horas y horas.