Son muy pocas las parejas que llegan a cumplir 73 años de matrimonio, pero ese hito fue alcanzado por la Reina Isabel y el Príncipe Felipe este 20 de noviembre. A sabiendas de que se trataba de una ocasión especial y en un año particularmente difícil, por la cuarentena que se ha tenido que guardar alrededor del mundo por la crisis sanitaria, la pareja ha querido poner el ejemplo y celebrar en privado. Desde el Castillo de Windsor, donde han estado pasando la cuarentena después de haber tenido un breve descanso en Balmoral -en Escocia- y luego en Sandringham, la Reina y el Duque posaron en un entrañable retrato. Sus sonrisas mientras leían las tarjetas de felicitación que recibieron, con la que les mandaron sus bisnietos, George, Charlotte y Louis de Cambridge, como protagonistas, solo fue uno de los guiños que quisieron hacer a la relación que han llevado. Pues para aquellos que se fijan en los pequeños detalles, la monarca tenía un secreto especial.
MÁS NOTICIAS COMO ÉSTA
El secreto detrás de la argolla matrimonial de la Reina, que no se ha descubierto en 70 años
Isabel II y el Duque de Edimburgo, del flechazo juvenil al amor eterno
Es bien sabido que la Reina tiene todo un lenguaje a través de su guardarropa. Desde el cómo acomoda su bolso hasta los colores que utiliza, pero no hay un signo más claro en ella que la joyería que utiliza para la ocasión, y este retrato no ha sido la excepción. El sencillo vestido azul que la Reina eligió para esta imagen combinado con un collar de tres hileras de perlas, podría pasar como cualquier otro, pero el detalle especial se encontró en el broche que eligió.
Su Majestad llevó su broche de crisantemo en zafiros. Ésta podría pasar por cualquiera de las piezas que conforman su joyero, pero tiene un romántico significado detrás. Se trata del broche que aparece en las imágenes de su luna de miel en 1947. Esta pieza que la ha acompañado en los momentos especiales en su relación, es la misma que llevó en los retratos que se realizaron en el 2007 para conmemorar sus primeros 60 años de matrimonio con el Duque de Edimburgo.
Felipe de Edimburgo: ¿cómo resumir una vida de casi 100 años en 10 momentos?
En aquella ocasión, la pareja recordó una de las imágenes de su luna de miel casi en cada detalle. Curiosamente, hace 13 años, la Reina también eligió un vestido en el mismo tono del azul que llevó en esta nueva imagen, por lo que solamente no es extraño sospechar que también tiene un significado especial para la pareja. Y no es para menos, pues a pesar de que las fotos de la luna de miel en Broadlands son en blanco y negro, se sabe que ese era el tono del traje que llevaba la entonces princesa, algo que ha querido replicar a través de los años.
Un broche, decenas de momentos especiales
El broche de crisantemo está realizado en zafiros y diamantes, empotrado en platino, y la Reina lo recibió en 1946 durante el bautizo de un tanque de petróleo que llevaba el nombre The British Princess -claramente, en su honor-. Su aparición en las imágenes de la luna de miel fue solo la primera de muchas. En octubre de 1950 lo utilizó en el bautizo de la Princesa Anne, momento en el que posaba para la cámara con su marido y sus dos hijos mayores. Desde su ascensión al trono, a pesar de lo mucho que creció su joyero, el broche de crisantemo se mantuvo entre sus favoritos y a lo largo de las décadas ha hecho todo tipo de apariciones. Siempre pendiente de los colores, no es extraño que la Reina suela llevarlo con vestidos azules en todos los tonos, pero cuando se trata de temas del corazón, va siempre sobre un discreto azul bígaro.