El servicio en honor del Día del Commonwealth en la Westminster Abbey fue escenario de uno de los encuentros más cercanos entre la Duquesa de Cambridge, Kate Middleton, y la Duquesa de Sussex, Meghan Markle. Aunque apenas la semana pasada se les veía coincidir en el Palacio de Buckingham, son pocas veces cuando se les puede ver tan cercanas. Regularmente, la Familia Real tiene oportunidad de saludarse antes de llegar a los eventos, pero en esta ocasión los Cambridge y los Sussex no se vieron sino hasta llegar a la abadía en donde Kate y Meghan se saludaron cariñosamente entre sonrisas con los dos típicos besos europeos.
Lejanas a los meses de especulaciones que apuntaban a una relación lejana entre ellas, las esposas del Príncipe William y el Príncipe Harry se mostraron de lo más cariñosas. Al parecer, compartiendo confidencias mientras sus esposos se saludaban rápidamente de mano, ellas no pudieron evitar mostrarse muy contentas de verse en esta ocasión en la que la Familia Real británica apareció casi al completo.
Manteniendo la sobriedad del lugar en el que se encontraban, las cuñadas detuvieron las sonrisas en el saludo para poner completa atención al servicio religioso que se ofrecía. Fue en ese momento en el que se dio otra escena que ha sido muy comentada. ¿Por qué Harry y Meghan no se sentaron junto a los Duques de Cambridge, sino detrás de ellos?
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Tal como sucede en muchos de los aspectos protocolarios, esto se debe a una cuestión de la línea de sucesión. Los miembros de la familia ocuparon exactamente los mismos lugares que en el servicio del año pasado. La Reina Isabel tiene el lugar de honor, en la primera fila, y junto a ella se sienta el Príncipe Carlos -heredero al trono- con la Duquesa de Cornwall; con ellos se sientan el Príncipe William -segundo en la línea de sucesión- y la Duquesa de Cambridge; detrás de ellos estuvieron Harry -sexto en la línea- y Meghan, y con la pareja, el Príncipe Andrés, séptimo en la línea al trono.
Eso sí, el estar sentados en filas diferentes no evito que los Cambridge y los Sussex compartieran una risa cuando durante el servicio, el sacerdote hizo un divertido comentario que permitió un momento relajado en la celebración.
