La presencia de la Reina Máxima tiene como fin promover una campaña de promoción del empleo, impulsada por una importante empresa social que seguramente se beneficiará del gran carisma de la monarca nacida en Argentina, cuyo encanto latino derrite hasta al observador más escéptico.
La reina Máxima (quien se ascendió al trono el 30 de abril de 2013 al lado de su esposo, el Rey Guillermo Alejandro), escuchó atentamente a los asistentes y expositores al evento y fue repartiendo en su recorrido las mejores de sus sonrisas.
La monarca de origen argentino también brilló gracias a su impecable atuendo: un traje de saco y vestido en “animal print”, cabellera al aire, cinturón negro a juego con stilettos de punta. Asimismo, Maxima de Holanda mostró que además de simpatía posee un desarrollado sentido de la moda al lucir en las uñas un esmalte en tono “burdeos”, el tono del otoño.
Como es costumbre en sus recorridos y visitas, la reina llegó (a las 10:00 horas) con las manos vacias y salió con un ramillete de rosas y flores que los asisitentes le fueron entregando a su paso, como muestra del cariño que el pueblo holandés le guarda a la argentina, quien hizo historia al convertirse en reina de Holanda, luego de la abdicación de la Reina Beatriz, madre de su esposo (Beatriz fue reina por 33 años).
Y es que, ¿cómo no enamorarse de Máxima? Además de la calidez y el cariño que brinda a los holandeses, su elegante estilo y excelente papel como madre y esposa, es una mujer preparada (estudió economía y se desempeñó con éxito en su profesión en Nueva York y en altos cargos en empresas internacionales en América Latina) que gracias a sus conocimientos se ha logrado colocar como una de las monarcas más influyentes de Europa.
Sin ir más lejos, durante la pasada Cumbre del Clima de la ONU, en Nueva York , Maxima tomó parte en su papel como asesora del Secretario de las Naciones Unidas, Ban ki-Moon, a quien le hizo entrega de su quinto informe de actividades como asesora.