Sin ellas no sería lo mismo. Lo reconocen quienes pueden disfrutar de sus abuelas el día de su boda, pero también quienes, por reveses del destino, no pueden contar con esa suerte. Las matriarcas de la familia son fuente de inspiración antes del gran día y, para muchas prometidas, un referente de esfuerzo y auténticos pilares de vida. El día de la boda se ilusionan, en ocasiones, más incluso que las propias novias y cada vez es más habitual que se les sorprenda en diferentes momentos del enlace, con experiencias que siempre llevarán en su corazón.
Llevar algo suyo
Uno de los mejores homenajes y de los más habituales para una abuela es llevar algo suyo el día de la boda. El tradicional 'algo prestado' puede ser una pieza que ella te ofrezca por ser un elemento destacado de su ropero. Desde una mantilla con años de antigüedad hasta unos pendientes con historia, pasando por las enaguas de un diseño, una bata bonita o el propio vestido nupcial.
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