Lo más importante: que adquieran ‘habilidades para la vida’
Para hacer a los niños más competentes, el psicólogo habla del un programa internacional, ‘Habilidades para la vida’, que diseñó la Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud, y enumera algunas habilidades que serán de gran utilidad para los niños y adolescentes:
- Autoconocimiento. Conocerse es el soporte de la identidad y de la autoestima, y quererse previene de la dependencia a los demás. También permite aprender a valorar a las personas importantes en nuestra vida.
- Empatía para poder entender y comprender mejor las reacciones, emociones y opiniones ajenas, e ir más allá de las diferencias, lo que nos hace más tolerantes en las interacciones sociales, y a la vez más seguros.
- Comunicación asertiva. Saber expresar con claridad lo que piensa, se siente o se necesita, teniendo en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores. Lo que permite establecer límites en las relaciones sociales tóxicas.
- Saber crear relaciones interpersonales sanas y emocionalmente positivas, así como, ser capaz de terminar aquellas que bloquean el crecimiento personal (relaciones tóxicas).
- Saber manejar de problemas y conflictos. Aceptar los problemas como algo esperado y normal en la existencia humana, y establecer pasos para evaluar las alternativas de solución.
- Pensamiento creativo. Saber usar la “pasión” (emociones, sentimientos, intuiciones, fantasías, etc.) para ver la realidad desde perspectivas diferentes que permitan inventar, crear y emprender con originalidad. Esto permite cuestionar nuestros hábitos.
- Pensamiento crítico y racional. Saber analizar experiencias e información y ser capaz de llegar a conclusiones sobre la realidad. La persona crítica no acepta la realidad de manera pasiva. Por el contrario, se hace preguntas, se cuestiona rutinas, investiga. Saber no confundir las ideas con las pruebas.
- Manejo de emociones y sentimientos. Esta habilidad propone aprender a reconocer las emociones y sentimientos, logrando mayor sintonía con el propio mundo afectivo y el de las demás personas. Comprender mejor lo que sentimos implica tanto escuchar lo que nos pasa por dentro, como atender al contexto en el que nos sucede.
- Controlar tensiones y estrés, que permite identificar las fuentes de tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas manifestaciones y encontrar vías para eliminarlas o contrarrestarlas de manera saludable.