3/4Pero fue justo después de esta etapa en que el tiempo jugó a su favor, entonces Mijares se mostró decidido a no dejar ir a la mujer que, de un momento a otro, se robó su corazón, aunque todavía existían algunas interrogantes en torno a la manera en la que reaccionaba Lucero. “De repente ella ya creció y yo dije ‘caray’ y ahí empezamos a salir y a ella la invitamos a hacer un dueto. Muy a regañadientes fue a hacer el dueto porque ella estaba también vuelta loca porque estaba haciendo una novela y estaba muy cansada… me da su teléfono, empezamos a hablar y de repente no me contestaba y no me contestaba y dije ‘no entiendo, pues si yo le gustaba’…”, recordó entre risas.
Pero fue justo después de esta etapa en que el tiempo jugó a su favor, entonces Mijares se mostró decidido a no dejar ir a la mujer que, de un momento a otro, se robó su corazón, aunque todavía existían algunas interrogantes en torno a la manera en la que reaccionaba Lucero. “De repente ella ya creció y yo dije ‘caray’ y ahí empezamos a salir y a ella la invitamos a hacer un dueto. Muy a regañadientes fue a hacer el dueto porque ella estaba también vuelta loca porque estaba haciendo una novela y estaba muy cansada… me da su teléfono, empezamos a hablar y de repente no me contestaba y no me contestaba y dije ‘no entiendo, pues si yo le gustaba’…”, recordó entre risas.