Si le preguntásemos a nuestras abuelas, lo más seguro es que dijesen que esta prenda satinada está destinada únicamente para los confines del hogar o, en todo caso, para llevarse solo debajo de la ropa. Y es que, hasta los años noventa, el vestido lencero no era más que una prenda interior reservada para la intimidad. Si bien ya no tenía ningún uso práctico, el atractivo sensual de esta elegante pieza inspiró a los diseñadores a crear sus propias versiones, dejando para los libros de historia unos cuantos momentos de moda que hoy puedes copiar con tan solo un click. El clásico lencero negro que obsesiona a Jennifer Aniston, los blancos impolutos que conectaron a Sarah Jessica Parker con Sassa de Osma, los festivos modelos de la pasarela noventera, incluso el satinado look de invitada de Diana de Gales... atrévete con el vestido que jamás pasa de moda.
-Guía definitiva de estilo para tus looks de tendencia, según los iconos de los 90