Ivanka Trump replica un vestido icónico de Grace Kelly para la boda de su hermana

La segunda hija del magnate estadounidense asistió al enlace de Tiffany Trump con un look de invitada 'made in Hollywood'

Por Mariana Torres

Las bodas de la aristocracia no son las únicas capaces de simular un escenario de cuento. Tiffany Trump, la cuarta hija del expresidente estadounidense, lo demostró este fin de semana con su enlace multimillonario en la residencia familiar de Mar-a-Lago, selló su amor con el empresario Michael Boulos ante la mirada de sus 500 invitados, entre los que no podía faltar su querida hermana Ivanka. La segunda descendiente de Donald Trump es conocida por su amplia lista de contactos en el mundo de la moda, así que no nos sorprende que este último look de invitada esté dando de qué hablar. Para ejercer de testigo, mandó a replicar un vestido icónico de la historia del cine.

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Un vestidazo azul digno de una estrella de cine

Ivanka cumplió un importante rol en el costoso enlace de su hermana menor, que vistió en esta señalada fecha un diseño nupcial de alta costura recubierto de perlas y pedrería, cortesía de Elie Saab. La madre de la novia, Marla Maples, también escogió una creación del diseñador libanés, pero se desconoce todavía quién firma el hermoso vestido azul celeste de la empresaria. Este color fue seleccionado por la novia para sus damas de honor, aunque Ivanka supo distinguirse del resto con su look hecho a medida al estilo de una icónica actriz de la edad dorada de Hollywood.

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A simple vista, el vestido de chifón de la hija mayor del expresidente resalta por su tonalidad celeste, torso acorsetado y los delicados drapeados que lo adornan. Hablamos de un ejemplar tan distintivo que resulta difícil de olvidar -con su elegante nudo plisado a la altura del escote y una capa extendida por el viento a su paso- que nos remonta inmediatamente a la década de los 50's, donde tuvo origen el diseño original en los estudios californianos de Paramount Pictures.

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La réplica de un icónico look de Grace Kelly

Esta fotografía fue captada para promocionar la película Atrapa a un ladrón (1954), dirigida por Alfred Hitchcock, uno de los grandes éxitos de taquilla de la espectacular Grace Kelly. Quien entonces todavía no era conocida como la Princesa de Mónaco nos quitó el aliento con este vestido de chifón azul pastel a dos tonos ideado por Edith Head, una de las diseñadoras de vestuario más reconocidas de la historia de Hollywood y también encargada de múltiples looks de la intérprete estadounidense, incluido el que lució el día de su boda.

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Con cierta estética helénica, Head confeccionó un vestido con cuerpo drapeado en disposición diagonal, finísimos tirantes y falda plisada, al que acompañó de un fular largo al tono con el que Kelly cubrió solo uno de sus hombros, técnica que Ivanka no dudó en replicar para completar este homenaje de película. Al igual que la actriz, la heredera del imperio Trump prescindió de imponentes joyas y optó en su lugar por unos sutiles pendientes de botón de diamantes. 

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Influencia para otras mujeres de la realeza

En 2011, de cara a otro mediático enlace, el que unió en matrimonio al príncipe Alberto y Charlene de Mónaco, Carlota Casiraghi, nieta de la difunta actriz, hizo un guiño a este mismo estilismo. Fue en la cena de gala celebrada en el Palacio Grimaldi donde estrenó este vestido de corpiño envolvente con falda amplia, realizado con chifón azul claro por la casa Giambattista Valli. 

La primogénita de Carolina de Mónaco remató el traje con una capa del mismo tejido, un cinturón dorado con pedrería, accesorios metalizados y un peinado recogido clásico que recuerda mucho al que solía ostentar su abuela dentro y fuera de la gran pantalla. 

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Con el paso del tiempo, este mítico diseño que marcó la historia del cine también ha influido en los armarios de otras conocidas mujeres de la realeza fuera de las fronteras del Principado. Corría el año 1987 cuando Diana de Gales acudió en calidad de invitada al Festival de Cannes, concretamente a una gala en honor al actor Sir Alec Guiness, luciendo un diseño palabra de honor en gasa de seda azul pastel con plisados griegos dispuestos en diagonal, falda amplia al vuelo y una estola ceñida al cuello que caía sobre su espalda. Firmado por Catherine Walker, este vestido suscitó incontables alusiones a la mujer de Raniero III, que había fallecido tan solo cinco años antes.