Una vez inician los meses de febrero y septiembre, es habitual encontrar a las modelos más reconocidas del panorama internacional en el circuito de las cuatro grandes pasarelas. Sin embargo, casi superado el mes de la moda, la presencia de Kendall Jenner había resultado bastante discreta. No solo fue la gran ausente en los desfiles de Nueva York, sino que su posterior presencia en París se limitó al evento de Longchamp, ya que es imagen de las campañas de la marca. No ha sido hasta que Londres ha dado el pistoletazo de salida cuando la modelo ha vuelto a entrar en el juego, donde ha desfilado para Burberry en el debut de Riccardo Tisci como director creativo de la firma. Un doble estreno para ambos en el que la maniquí de 22 años llevó un look monocolor compuesto por un trench, camisa, pantalones y botines con un clutch a juego, adelantando por cierto una de las tendencias en micro bolsos que veremos la próxima temporada.
Desde las conflictivas declaraciones que realizó Kendall Jenner acerca de la profesión, se mantenía alejada de la pasarela. Y es que hace un mes comentó que era muy selectiva a la hora de elegir qué trabajos realizaba para evitar que su empleo le produjera ansiedad. "Nunca he sido una de esas chicas que haría 30 desfiles en una temporada. Tengo millones de trabajos, no solo pasarelas sino todo lo demás. La combinación de todo es bastante agobiante y empecé a asustarme un poco por lo que tuve que dar un paso atrás", declaró en The Love Magazine.
Aunque admitió que estuvo al borde de una crisis nerviosa, rechazar trabajos es un lujo que no pueden permitirse otras compañeras, como le hicieron saber en las redes sociales contestando masivamente a la estadounidense y pidiendo que empatizara antes de realizar ese tipo de declaraciones.
Pero, ¿qué es lo que ha llevado a la maniquí de la familia Kardashian a volver a desfilar? Más que por una cuestión de afinidad con la marca, la modelo podría haber elegido trabajar para la firma inglesa debido a su relación con Riccardo Tisci, con el que tiene un trato especial. Fue en septiembre de 2015, en la colección de primavera-verano 2016 de Givenchy, antes de que el italiano fichara para la firma inglesa, cuando Jenner se lanzó al mundo de la pasarela. No solo se trató de un estreno por todo lo alto para una firma con renombre en la industria, sino un desfile en el que Kim Kardashian y Kanye West estaban como invitados de honor en la primera fila.
El diseñador contó en varias ocasiones con la modelo para los desfiles de su antigua casa y no tenía problemas en compartir, a través de las redes sociales, fotos en las que se deshacía en muestras de cariño con las estrellas de su show. Si bien la apertura de la nueva etapa del italiano ha tenido un buen recibimiento gracias a su conducción de la marca inglesa hacia un público más moderno, qué mejor que hacerlo ayudado de algunas de las modelos más famosas teniendo a Kendall Jenner y a Irina Shayk sobre la misma pasarela. Muestras de que, el retorno de la maniquí, aún conflictivo, no podría haber sido más triunfal.
