Después de unos turbulentos meses, parece que la vida de Olivia Wilde ha retomado su cause. Su separación de Jason Sudeikis, vendría su comentado romance con Harry Styles, el cual finalizaría rodeado de toda una controversia, ante el desencuentro de la actriz y directora con Florence Pugh, la protagonista de su cinta Don’t Worry Darling. A pesar de que nunca se confirmó a ciencia cierta qué fue lo que pasó entre las actrices -en una situación en la que hasta Harry se veía incluido-, el frío encuentro que se dio entre ellas en el Festival de Venecia cuando se presentó la película, no fue para nadie indiferente. A esto se sumó que, lo que parecía ser una ruptura civilizada con el padre de sus hijos, las cosas comenzaron a subir de tono, no solamente por sus varios encontronazos legales, sino también por las declaraciones de una ex niñera de sus hijos, que, aparentemente daba luz sobre lo que sucedió -con Styles incluido- en esta historia. En medio de toda esta controversia, ha habido siempre una constante, la presencia de Olivia en el gimnasio al que asiste en California. No importa lo que estuviera sucediendo en su vida personal, los paparazzis podían dar por hecho que la encontrarían en este lugar. Esto ha hecho que haya una amplia documentación de apariciones de Olivia enfundada en sus looks deportivos y ha sido imposible observar su colección de tenis. ¿Lo curioso? A pesar de que se le ha visto con varios modelos en distintos colores, parece que todos pertenecen a la misma marca.