Desde Sevilla, Dior ha impresionado con el desfile de su colección Cruise 23

Las imágenes no podrían ser más impresionantes, si se pintaba para difícil poder superar aquel fastuoso desfile que Dior había llevado a cabo en Atenas, ahora no queda lugar a dudas de que la casa francesa podía llevar su propuesta a distintas alturas. La emblemática Plaza de España en Sevilla ha sido el escenario perfecto para regalar una noche en la que la moda se ha conjuntado con la música, la danza, la arquitectura y algunos de los aspectos más intrínsecos de la cultura andaluza. Si el viaje a Sevilla era ya una maravilla para las invitadas especiales como Chiara Ferragni, Charithra Chandran y Elle Macpherson, quienes en sus redes sociales presumían cada detalle de esta ciudad que las ha dejado fascinadas. Como anfitrionas españolas, Stella Banderas y Sassa de Osma, que aunque peruana, vive en aquel país, también hacían acto de presencia en este desfile en el que no ha faltado nadie de la alta cumbre de aquel país.

“Los lazos entre Dior y España, y más concretamente Andalucía, se forjaron ya en los años 50, y se han fortalecido desde entonces, con viajes que conducen a siluetas con nombres evocadores ideado por Monsieur Dior y sus sucesores”, se leía en el comunicado en el que se anunciaba esta unión entre la firma y el siempre vivaz país. Es por eso que no ha sorprendido el que todo el desfile reflejara distintos aspectos de la cultura andaluza, teniendo al color rojo como hilo conductor, que contrastaba a la perfección con las sombras y penumbras de la imponente construcción ubicada en el parque de María Luisa.

Desde antes de que se presentara la colección, Dior daba a conocer la inspiración detrás de las creaciones de Maria Grazia. El viaje en el que la directora creativa de la firma pudo conocer en las capillas e iglesias de Sevilla el trabajo artesanal del arte sacro, basándose principalmente en las vírgenes que ahí se veneran. Con una idea clara de la fertilidad y generación de vida, los detalles que hay en cada una de ellas, fueron parte de los distintos cambios que se pudieron ver caminando sobre la plaza.

Artistas y artesanos locales fueron parte de este desfile, por lo que más de uno no pudo evitar emocionarse al cerrar la pasarela entre aplausos y vítores, con Maria Grazia recorriendo el amplio camino de la plaza de una esquina a otra.

Los encajes, bordados florales, las barbas en los chales, los holanes y todo tipo de referencias a las clásicas sevillanas se hicieron presentes en esta propuesta para la colección Crucero. Por supuesto, contrapuestos con algunos aspectos que la firma ha ido proponiendo en sus últimas temporadas, como los bolsos con sus logos, el uso de la mezclilla y las bomber jackets con distintos terminados.

Los sombreros, tan ligados tanto a la tradición francesa de la firma como a la cultura andaluza, no podían faltar aderezando algunos de los looks y resaltando el styling que se hizo de las piezas. Los grandes cinturones -con todo y su abanico colgando- y largos aretes chandelier fueron otros complementos que se vieron en la mayoría de los cambios que se presentaron en esta ocasión.

Por supuesto, mención aparte tiene el color carmín como protagonista, no solo del escenario, sino de una amplia porción de la colección. Tal como hacía el dorado en el desfile de Atenas, en esta ocasión, se ha elegido que sea el rojo, el color característico del país anfitrión, el que una a los distintos elementos del desfile. Ahora la gran interrogante es, ¿qué destino sigue para Dior?