Las hermanas resaltaron la
esencia siciliana de la firma italiana con un ligero toque gótico tanto en la boda como en la recepción de este
enlace que puso de cabeza a la paradisíaca ciudad de Portofino.
Una de las que más sorprendió fue
Khloé Kardashian, quien dejó en claro que
está en su mejor momento al llevar un
vestido totalmente negro de
Dolce & Gabbana que destacó gracias a su estructura extra ceñida,
escote bajo los hombros y bustier de encaje con falda de holanes.
La empresaria se cambió para la recepción, conservando la
imponente corona de oro con inpiración bizantina que usó en el primer look, que combinó con un
vestido (también negro) con transparencias y detalles de corazón.