Chanel y cómo convirtió la pasarela en un jardín de ensueño

Regresar al lugar en donde todo comenzó todo siempre es una buena idea... Así lo demostró Virginie Viard, quien para la colección de primavera 2020 de Alta Costura de Chanel, decidió convertir el icónico Grand Palais que siempre aloja los desfiles de esta firma, en el jardín de la Abadía de Aubazine, lugar el orfanato en el que Gabrielle Chanel pasó su infancia. 

Con todo y una fuente -que funcionaba-, árboles con distintas flores e incluso vegetales, la magia de Chanel se apoderó para retratar el lugar que marcó la vida e ingenio de Gabrielle -quien se inspiró en la estética y arquitectura de este lugar para su clásico monograma-.

El estilo colegiala de los primeros años de Gabrielle fueron la inspiración principal para la directora creativa, quien reflejó la paradoja del rigor y sofisticación de la alta costura con la simplicidad del tweed y minimalismo que distinge a la casa francesa.

La dualidad del blanco y negro así como el toque femenino con el masculino se apoderó de esta colección con la que Virginie volvió a plasmar su sello minimalista, estructurado y moderno.

"Me gustó la idea del huésped, de la colegiala, los atuendos que usaban los niños hace mucho tiempo", dijo Virginie sobre esta colección en la que el tul fue una de las tendencias principales, resaltando la elegancia y romanticismo de cada look.

Los cuellos fueron unos de los detalles principales con los que la diseñadora logró un look de colegiala parisina, típico del estilo que Gabrielle usaba durante su niñez.

Otra de las tendencias fue la fusión de texturas -como el tul con el encaje-, logrando una apariencia vanguardista... eso sí, sin dejar el look de colegiala en ningún momento, gracias a los zapatos combinados con calcetines, entre otros accesorios más.

El tweed no pudo faltar en este desfile, el cual se ha convertido en uno de los distintivos más importantes de la firma francesa, además de ser sinónimo de elegancia así como feminidad.

Las flores con diseños estilo herbario se apoderaron de varios vestidos de Chanel, siendo un homenaje a la naturaleza que se encontraba en esta abadía, a la que Gabrielle y sus hermanas fueron enviadas por su padre en 1895, esto después de la muerte de su madre.

Y para el final, el vestido de novia tan característico de alta costura se hizo presente, con la visión moderna de Virginie, quien volvió a reflejar su estilo minimalista y moderno con un diseño estructurado a la altura de las rodillas.