Hace ya cerca de 9 meses desde que los duques de Sussex anunciaron su decisión de cambiar radicalmente de vida para alejarse del Palacio de Buckingham, y actualmente están instalados y totalmente felices viviendo en California junto a su hijo, el pequeño Archie. Aunque esto supone que ya no les veamos en actos oficiales en representación de la Familia Real, sí que están haciendo apariciones públicas en Estados Unidos, siempre con algún fin social, como cuando ayudaron a repartir material escolar a los más necesitados o colaboraron con la plantación de un jardín en colaboración con una ONG. En estas ocasiones, hemos podido comprobar cómo el armario de Meghan Markle ha dado un giro de 180º grados, y es que ha recuperado prendas olvidadas durante su etapa en Londres, como las deportivas, los shorts vaqueros o las camisetas de algodón. Sin embargo, en las últimas horas la mujer del príncipe Harry ha dado pistas sobre su estilo sofisticado fuera de palacio, y parece que impone los pantalones por encima de las faldas lápiz y vestidos midi que tanto adora su cuñada Kate Middleton.
Esperada reaparición
La última cita pública del matrimonio, de la que se llevaba tiempo hablando, ha sido en la televisión norteamericana, y es que han participado en un programa especial en el que se desvelaron los nombres de las 100 personas más influyentes de todo el mundo según la revista Time, lista en la que ellos mismos han aparecido en años anteriores. Quisieron, además, aprovechar para pedir a la población que votaran, un gesto totalmente inusual en miembros de la realeza. Para esta intervención, Meghan escogió un conjunto sencillo y sofisticado en clave working que evocaba también al armario de Rachel Zane, su personaje en Suits.
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Acabado satinado
Como prenda protagonista, se ha decantado por una camisa de seda marrón firmada por Victoria Beckham, una marca a la que la propia Meghan dijo hace años que nunca recurriría porque le sentaban mal sus prendas pero que en los últimos años ha lucido en varias ocasiones, demostrando que estaba totalmente equivocada. Se trata de un diseño con cuello pico y botones ocultos que puede adquirirse por 670 euros y que combinó con unos pantalones de traje negros con corte capri en negro. Completó con unos stilettos clásicos oscuros que le vimos en varias ocasiones durante su etapa en Inglaterra.
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Fiel a su esencia
En cuanto a las joyas, siguió su característica estética minimalista y prescindió de grandes piezas, optando únicamente por unos pendientes finos y dos de sus brazaletes preferidos. Uno de ellos, el modelo Love de Cartier en oro amarillo, es uno de los accesorios preferidos de otras royals como Mary de Dinamarca o Beatrice Borromeo. Como look de belleza, dejó su larga melena suelta, peinada con raya al medio y ondas muy naturales, y apostó por un maquillaje natural en tonos tierra que realzaba su bronceado.
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