Masako debuta como emperatriz de Japón al más puro estilo Coco Chanel

La mujer del emperador Naruhito se estrenó en solitario con un traje bicolor que recordaba a las creaciones de la icónica diseñadora

Por Mara Mariño

Desde antes de la abdicación del emperador de Japón Akihito, la mujer del príncipe heredero Naruhito, Masako Owada, ya se había dado a conocer en el panorama internacional precisamente por su discreción. Trajes en colores neutros, vestidos de tonalidades claras como crema, blanco o azulado siempre en matices empolvados y poco saturados, eran algunas de las claves de estilo de la royal nipona. Con el cambio de estatus, su primer acto en solitario ha dejado claro que inaugura una nueva etapa en la que se alejará del mote de la princesa triste, ya que quiere dedicarse por completo a sus responsabilidades. Visitando la sede de la Cruz Roja en Tokio, el 1 de mayo fue nombrada presidenta honorífica de la institución, se ha mantenido fiel a su armario yendo un paso más allá alejándose del estricto monocolor del que solía hacer gala hasta ahora.

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Para una ocasión en la que sabía que todos los ojos estarían puestos sobre ella, Masako de Japón dejó que su ropa mandara un contundente mensaje optando por la elegancia con un toque clásico. La emperatriz llevó un traje de dos piezas de chaqueta y falda por debajo de la rodilla en color blanco roto con ribetes en negro, una combinación de tonalidades que hace pensar automáticamente en la popular mezcla de Chanel. El hecho de que lo combinara con un collar de perlas, y pendientes del mismo material, no hacía otra cosa más que darle fuerza a la teoría de que la mujer del emperador Nahurito habría podido hacerle un guiño a la emblemática diseñadora con su combinación. 

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Si hay reinas y princesas que utilizan con moderación los complementos, para la Emperatriz sumar puntos de estilo con los accesorios es siempre una de sus tácticas habituales. Eso sí, en su línea y siempre a juego con el resto de los complementos, algo que repitió también para la cita optando por un diseño de bombín del mismo tono que el traje con una cinta negra. Apostando por el bicolor hasta el final, añadió unos salones negros a juego con la cartera de mano y guantes color crema, que se sincronizaban con el traje.

Aunque su gusto es minimalista y suele preferir las prendas lisas sin ningún tipo de estampado -una manera de garantizar looks atemporales-, el blanco, tonalidad que lució también el día de la abdicación, es un color con un significado muy particular en la cultura nipona. Positivo y relacionado con la luz, es un matiz que se suele utilizar en bodas y otros actos relevantes ya que simboliza la eternidad y la pureza. Un motivo por el que podría haberlo llevado en ambas ocasiones y que lo convierte en su sombra predilecta desde que ha empezado su nuevo papel en el trono de Japón.

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El delicado estado de salud de la nueva emperatriz Masako