
El tallaje en sistema alfa es uno de los pilares del armario masculino
Una de las noticias que más ha pasado desapercibida en el mundo de la moda en los últimos meses ha sido la decisión de algunas firmas prominentes de moda de mujer de pasarse del tallaje tradicional (numérico), a lo que se conoce como alpha sizing, o talla alfa, y que reduce el sistema de tallas internacional -que a día de hoy conglomera un espectro que puede ir desde la 34 a la 44 antes de entrar en la categoría plus size-, a tres: S, M y L.
'Pequeña, mediana y grande', que estandarizan aún más si cabe las posibilidades del armario, con un corte cada vez más homogéneo entre los diversos patrones de las prendas de vestir. Esta noticia no es nueva para los hombres: para ellos, el armario se reduce a este breve espectro de tallas, con excepciones dentro del mundo de la sastrería o la camisa.

Las tres tallas clave del hombre son S, M y L a diferencia de las de mujer, que van de la 34 a la 44
A la hora de comprar una camiseta o un jersey, sin embargo, las grandes cadenas de retail parecen asumir que la figura masculina viene en un estandarizado catálogo de tres únicas opciones, con algunas concesiones a las tallas más pequeñas (como la XS o la XXS) o más grandes (XL). Aunque se tienda cada vez más a esta homogeneidad, el tallaje alfa, que se conoce así por sustituir la correlación numérica por un sistema de letras, tiene sus ventajas dentro de la industria, y también, dicen, de cara al consumidor. Así lo explicaba hace sólo unos días Ed Gribbin, presidente de Alvanon Inc., una firma neoyorquina especializada en estrategia de tallaje textil, al diario The Wall Street Journal: las cadenas de producción reducen radicalmente sus costes cada vez que se pasa a un sistema de tallaje como el que domina el mercado de la moda para hombre.

El cantante Adam Levine, con las prendas de hombre diseñadas en colaboración con KMart. Este año ha presentado las de mujer
La ropa de hombre se produce de manera más barata y eficiente. Algo que también tendría un impacto positivo en la percepción de los compradores de uno y otro sexo: elegir entre una talla M o L es menos difícil que saltar de una 40 a una 42. Otra ventaja: las tallas alfa estandarizan el sistema de medida a una concepción de la talla más globalizada -a día de hoy las tres dominantes son la europea, la americana y la del Reino Unido-, permitiendo agilizar las compras online a lo ancho del planeta, sin que un comprador europeo se confunda al adquirir una prenda en un store norteamericano.
¿Otra razón por la que el armario masculino se rige por un sistema diferente? El tallaje numérico resulta más sencillo: simplificar las tallas pasando de seis a tres permite manejarse mejor entre un número más reducido de opciones, por lo que resulta más fácil comprar para otros. Algo que los expertos en tallaje internacional defienden, especialmente en entornos donde las mujeres aún compran más ropa para sus parejas que a la inversa.