Una de las intenciones de Ludwika al viajar a este destino no solo fue cumplir un sueño, sino que también llevar a cabo una especie de desconexión. “Es un continente tan grande con tantas culturas, climas, paisajes y costumbres diferentes que es difícil decir: ‘Quiero ir a África’. Pero tenía claro que un día quería ir a conocer lo más salvaje de este continente, los animales y, dentro de lo que se pudiera, sentir lo que es estar alejado de la tecnología (por lo menos por momentos), conectar con la naturaleza y conocer un poco como debió ser el mundo hace muchos años atrás…”, dijo.