Con el paso de los días, entregada a su nueva circunstancia profesional, Paola parece haber reafirmado lo mucho que influyó emocionalmente en ella la rutina en la que se embarcó por poco más de seis años, algo que no ha sido sencillo de procesar. “No me había dado cuenta de que se convirtió como en un exoesqueleto, no caparazón, porque suena como muy denso y muy pesado, y no pesaba, pero sí como esta protección y esta armadura, y entonces soltarlo la verdad que ha sido mucho más complicado de lo que pensé…”, dijo sincera, para luego expresarse sobre la razón que ella considera podría ser el origen de ese sentimiento. “Asumo que es, sin tenerlo claro, porque deposité ahí en esa rutina y en esa estructura, y en esa exposición tan masiva, mucha de mi autoestima…”.