El desgarrador poema con el que Lisa Marie Presley fue despedida por una de sus hijas

La mañana de este domingo 22 de enero se llevó a cabo el funeral de Lisa Marie Presley, hija de Elvis Presley, quien falleció el pasado 12 de enero a consecuencia de un paro cardíaco. Un instante en el que se dieron cita cientos de fans y amigos cercanos a la familia en Graceland, la mítica mansión en la que Elvis vivió gran parte de su vida y hasta su muerte y en donde ahora descansan los restos de la cantante. Sin duda, la despedida a Lisa estuvo repleta de momentos muy emotivos, pero también de instantes sumamente sensibles, como el que  protagonizó Priscila Presley, madre de Lisa Marie, quien visiblemente afectada subió al estrado para leer el poema que una de sus nietas escribió como despedida para su mamá, ante una audiencia sumamente consternada ante esta irreparable pérdida.

El poema, que lleva por nombre Alma Vieja, fue escrito por Harper Lockwood, hermana gemela de Finley y media hermana de Riley Keough, las tres hijas de Lisa. Sin embargo, fue Priscila la encargada de darle lectura, a pesar del dolor por el que atraviesan todos. “Voy a leer algo que mi nieta escribió para todos ustedes, y esto lo dice todo”, expresó Presley y a través de su teléfono móvil comenzó a leer: “No tengo idea de cómo poner a mi madre en palabras. La verdad es que hay demasiadas palabras. Lisa Marie Presley era un icono, un modelo a seguir, una superheroína para muchas personas en todo el mundo, pero mi mamá era mi icono, mi modelo a seguir, mi superheroína, en muchos más sentidos. Incluso ahora, no puedo transmitir todo lo que hay que entender o saber sobre ella, pero como siempre decía, haré lo mejor que pueda”.

Priscila continuó con la lectura de un fragmento sumamente duro para toda la familia, pues en las siguientes estrofas Harper hizo referencia a lo doloroso que fue para su madre perder a su hijo Benjamin, quien se quitó la vida en 2020 a los 27 años. “En 1968, ella entró en nuestro mundo, nació cansada, frágil, pero fuerte. Ella era delicada, pero estaba llena de vida. Ella siempre supo que no estaría aquí mucho tiempo. La infancia pasa, en un abrir y cerrar de ojos, luego formó su propia familia y después vino su segundo hijo, dejándola con sospecha: ¿podría ser este el ángel que me lleva a casa?”, expresó Priscila entre lágrimas.