La dura infancia de Machine Gun Kelly, el novio de Megan Fox, que ha vuelto a salir a la luz
Los padres de MGK eran misioneros, por lo que constantemente cambiaba de residencia. Vivió en Egipto -en donde aprendió a hablar árabe-, Alemania y varias ciudades de Estados Unidos, entre ellas Denver, lugar al que se mudó junto a su padre una vez que cumplió los 9 años y su madre se marchó del hogar sin un ticket de retorno, un doloroso pasaje del que habla en su canción Burning Memories, del 2019
El desapego maternal se sumó a los problemas de salud mental que habría arrastrado su padre. Según recoge el medio Daily Mail, padecía de depresión, lo cual complicó que conservara los empleos, por lo que la situación económica de los Baker no era la mejor. Al concluir la secundaria, Machine Gun Kelly tuvo que dejar su casa debido a su desgastada relación con su padre, a quien reconoció varios años después le debía una disculpa por ser un “hijo que rompía las reglas”.
En esos años hizo sus pininos en la música al mismo tiempo que se ganaba unos centavos extra haciendo burritos en Chipotle, al que se refirió como el peor trabajo que ha tenido. Empezó a hacerse de renombre gracias a sus actuaciones en impetuosas batallas de rap en el Teatro Apollo, de Nueva York. Su vida dio un giro inesperado tras un encuentro con el productor Sean Combs, que le ofreció un contrato con su discográfica Bad Boys Records, dando paso al lanzamiento de su disco debut, Lace up.
El cantante ha continuado con su proceso de sanación. A principios de junio del 2022 presentó a su mamá en Instagram, donde publicó una fotografía en la que se les observa a ambos sentados en el piso. Sin duda, esa desoladora adolescencia hizo de MGK un padre amoroso y dedicado con su hija Casie, de 13 años, fruto de su relación con Emma Cannon.
La ciudad de Houston vio nacer a Colson Baker sin tener la ligera sospecha de la estrella en la que se convertiría, y que años después, en su adolescencia, adoptó el nombre de Machine Gun Kelly, con el cual fue bautizado por la fluidez y rapidez de sus rimas. El rapero atraviesa una época de reconciliación con su pasado, que ha dejado entrever su complicada infancia marcada por el abandono y la carencia.