3/4El guatemalteco compartió que tras ser llevado a una especie de casa de seguridad, su fe nunca decayó por lo que hizo todo para establecer un vínculo amistoso con sus captores, a quienes apodó como Charly y El Compadre. “Hablamos de Dios, de religión, hablamos de la vida, de un montón de cosas, de mi carrera, de mis sueños, de cómo había llegado yo a México…”, dijo. Al quedarse solo, Sandarti recuerda haberse puesto en manos de Dios, algo que asegura lo llenó de total paz. “Me quedé profundamente dormido… estaba extremadamente casando… por un momento me pasó por la cabeza la posibilidad de decir: ‘¿Y si me escapo?’…”, reveló, al referirse al instante en que pudo despertar, descartando la idea de escapar, pues asegura que todo marchaba con tranquilidad.
El guatemalteco compartió que tras ser llevado a una especie de casa de seguridad, su fe nunca decayó por lo que hizo todo para establecer un vínculo amistoso con sus captores, a quienes apodó como Charly y El Compadre. “Hablamos de Dios, de religión, hablamos de la vida, de un montón de cosas, de mi carrera, de mis sueños, de cómo había llegado yo a México…”, dijo. Al quedarse solo, Sandarti recuerda haberse puesto en manos de Dios, algo que asegura lo llenó de total paz. “Me quedé profundamente dormido… estaba extremadamente casando… por un momento me pasó por la cabeza la posibilidad de decir: ‘¿Y si me escapo?’…”, reveló, al referirse al instante en que pudo despertar, descartando la idea de escapar, pues asegura que todo marchaba con tranquilidad.