Tras 13 años de vida en común, Tom Brady y Gisele Bündchen decidieron ponerle punto final a su historia de amor, la cual comenzó con una cita a ciegas y parecía haberse fortalecido pese a las adversidades que muchas veces los rodearon. Sin embargo, la semana pasada ambos emitieron concisos comunicados de prensa en los que anunciaron que habían concluido los trámites de su divorcio, que llevaron de manera amistosa y en total discreción, mientras en los medios estadounidenses su ruptura aún estaba en el aire e, incluso, se manejaba como un rumor, que finalmente terminó siendo cierto. De acuerdo con Page Six, el proceso legal de su separación se resolvió rápidamente y sin complicación alguna debido a que, al momento de su boda -celebrada a principios del año 2009-, la pareja firmó “un acuerdo prenupcial inflexible” que no dejó ningún cabo suelto sobre su patrimonio, por lo que cerraron el asunto lo antes posible.

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Y es que si había un tema que genera especulación era el tema de la repartición de sus bienes, puesto que ambos poseen una acaudalada fortuna, producto de sus exitosas carreras. Bündchen protagonizó incontables campañas de moda y trabajó para exclusivas marcas como Balenciaga, Victoria’s Secret, Dior o Pantene, lo que la llevó a ser la modelo mejor pagada del mundo. Por otro lado, Brady se ha ganado un lugar entre los futbolistas más importantes y de mayores ingresos en la historia de la National Football League (NFL).

Su acuerdo prenupcial y la repartición de sus bienes

Se estima que la modelo posee un patrimonio de unos 400 millones de dólares, mientras que el quarterback de los Bucaneros de Tampa ha recaudado alrededor de 300 millones de dólares en lo que va de su carrera deportiva. Teniendo en cuenta las millonarias cifras que están disputándose, sin duda, la existencia de un contrato prenupcial ha facilitado la repartición de bienes, sobre todo las propiedades inmobiliarias que comparten y cuyo valor se estima en 26 millones de dólares.

De acuerdo con el último reporte emitido por el medio previamente citado, Brady será el dueño de la mansión, de 17 millones de dólares, que adquirieron en el 2020 en una zona llamada “búnker de los multimillonarios” en Indian Creek Island, en Miami; la propiedad continúa en construcción. Bündchen se quedaría con la residencia ubicada en la Península de Nicoya (Costa Rica), sitio en el que usualmente pasa las temporadas de vacaciones con sus hijos.

La modelo también conservaría la casa que, según The New York Post, compró en Miami Beach; se trata de un inmueble de tres habitaciones y tres baños, valuado en 1.25 millones de dólares. El acuerdo contempla otras edificaciones: una mansión en Yellowstone Club, Montana, una residencia en las Bahamas y un apartamento de lujo en Nueva York. La expareja compartirá la custodia de sus dos hijos: Benjamin, de 12 años, y Vivian, de 9, aunque se desconocen mayores detalles de cómo se repartirán los días de convivencias o fiestas familiares.

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Ninguno de los dos habló abiertamente sobre los motivos de su separación, aunque varios medios estadounidenses apuntan que el detonante fue la negativa del mariscal de campo de dejar el futbol americano pese a que en febrero había anunciado públicamente su inevitable retiro. En aquel momento afirmó que era el momento de “centrar su tiempo y energía” en otras cosas que requerían su “atención”, dos meses después de sus declaraciones regresó a las canchas, lo que habría generado la molestia de la modelo, que quería que Brady pasara mayor tiempo en casa conviviendo y cuidando de sus hijos.

A unos días de confirmar el divorcio, Brady aseguró que mantenía una excelente relación con su exesposa y señaló que estaba enfocado en sus hijos y trabajo: “La buena noticia es que es una situación muy amistosa y estoy realmente enfocado en dos cosas: cuidar a mi familia y ciertamente a mis hijos y, en segundo lugar, hacer el mejor trabajo posible para ganar partidos”.

Bündchen no ha vuelto a las pasarelas ni ha hablado sobre un posible regreso, al contrario de Brady, se ha mantenido lejos de los reflectores e, incluso, de sus redes sociales, donde solía tener una constante actividad. La modelo ha preferido refugiarse en sus hijos y continuar con su vida normal. “Ella ha vivido su propia vida durante años mientras que Tom jugaba al futbol, por lo que no tiene miedo de hacer las cosas por sí mismas”, dijo una fuente a People.