Ahora como autor

Le piden a Obama describir a sus hijas y esto ha dicho de ellas

En una faceta pocas veces vista del exmandatario, charlando con una revista de moda, se ha deshecho en halagos por sus hijas

Por Carolina Soto

En los últimos meses se había visto a un Barack Obama regresando al ámbito político para apoyar la campaña presidencial de su ex segundo al mando, Joe Biden. Una vez conseguido el triunfo, el exmandatario ha cambiado de faceta, retomando una de sus labores de inicio, la de autor. Siguiendo los pasos de su esposa Michelle, quien publicó su biografía Becoming, Barack ha tomado papel y pluma para contar su historia en A Promised Land. Ésta nueva memoria, que se suma a su primer libro que fue publicado antes de su presidencia, recapitula los momentos que vivió en la Casa Blanca durante dos periodos presidenciales, en los que recuerda los duros momentos que enfrentó con Michelle y la promesa que hizo a sus hijas de estar siempre a la mesa a la hora de la cena. En plena promoción de la que está por convertirse en la biografía presidencial más vendida de todos los tiempos, Barack ha charlado con la revista de moda InStyle, deshaciéndose en halagos para sus hijas.

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La publicación, con lenguaje coloquial, le pidió al expresidente que describiera las cualidades más increíbles de las tres mujeres de su vida. Ni tardo ni perezoso, Barack dejó claro que cuando se trata de sus chicas, las palabras faltan. A sabiendas de que el mundo sabe que Michelle es muy buena hablando en público, quiso agregar sobre su mujer: “probablemente (la gente) sabe menos de lo que es hacer ejercicio con Michelle cuando verdaderamente está en la zona. A veces eso incluye boxear. No quieres ponerte en el camino cuando está con el costal, incluyendo algunos golpes. Hay fuerza ahí”, dijo simpático, haciendo referencia a la afición de Michelle por el deporte, quien sorprendió en su época de primera dama con sus marcados brazos.

Sus hijas, quienes hacen todo más brillante -según su biografía-

De Malia -que tiene 22 años-, quien se convirtió en su gran compañera en sus momentos libres en la Casa Blanca, dijo: “Ella es alguien que disfruta a la gente, disfruta la vida y disfruta (una) conversación. Nunca está aburrida, que es una cualidad genial que te puede llevar a conseguir cosas”. Para nadie es una sorpresa que Malia sea definida así, y es que aunque le gusta llevar un perfil bajo y se mantiene alejada del ojo público, se encuentra estudiando en Harvard, una institución con uno de los procesos de selección más difíciles del mundo.

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Sasha, quien era apenas una pequeña niña cuando llegó a la Casa Blanca, de 19 años, se encuentra estudiando en la Universidad de Michigan. Al describirla, su padre dijo: “Está completamente segura sobre su comprensión del mundo y no se deja amedrentar o intimidar -y nunca lo ha hecho- por los títulos de nadie o sus posiciones. Si ella cree que algo está mal o bien, ella lo va a hacer saber”. El orgulloso padre cuenta que desde que era muy pequeña, nadie la podía convencer si había tomado ya una decisión. “Escribo sobre eso en el libro, cómo intentábamos que probara el caviar cuando estábamos visitando Rusia. Ella fue como: ‘No, lo siento. Se ve baboso. Es asqueroso, no lo voy a hacer, incluso si no puedo comer postre’. Parte de su carácter siempre ha estado ahí”.

Las palabras de Obama no han sido una sorpresa, no solamente siempre se ha expresado de ellas así, sino que hace unos días escribió en su cuenta de Instagram: “El hecho de que mi propio padre estuviera mayormente ausente de mi infancia, me ayudó a formar mis ideas sobre el tipo de padre que intenté ser. Cuando nació Malia, me hice la promesa de que mis hijos me conocerían, que crecerían sintiendo mi amor profunda y consistentemente, sabiendo que siempre las puse primero. Mientras serví como presidente, me aseguré de cenar con Michelle, Sasha y Malia cada tarde a las 6:30. Comíamos buenas comidas y nos poníamos al corriente sobre nuestros días. Esa era una de las mejores partes de ‘vivir arriba de la tienda’, como algunas veces lo llamaba. Verlas crecer en jóvenes mujeres inteligentes, fuertes y compasivas se ha convertido en la mayor alegría de mi vida. Me recuerdan constantemente que no hay un lugar en el mundo en el que preferiría estar que con Miche y nuestras niñas, y por eso es que les dediqué mi memoria a ellas”.

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