En septiembre del año pasado, Inés Gómez Mont atravesó por uno de los momentos más decisivos en su vida, al enfrentar una complicada cirugía en la que se le retiró un tumor benigno que tenía alojado en el cerebro y que por fortuna resultó todo un éxito. Sin embargo, el camino que tuvo que recorrer antes de la operación fue un proceso que se llegó a extender por más de cinco años y en el que experimentó un sinfín de sentimientos que fueron desde la negación hasta el miedo, siempre pensando en positivo y fortalecida en su fe. Así lo reveló la guapa presentadora en una reciente entrevista, en donde a corazón abierto habló de esta difícil etapa de su vida.
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Transparente como siempre, Inés habló del momento en el que comenzó a darse cuenta que algo no estaba del todo bien con su salud, pues empezó a notar cambios extraños en su día a día, que llamaron su atención, los cuales se los atribuyó al cansancio. “Nació Bosco y como a los seis meses de que nace Bosco empecé a sentirme como un poco torpe con mis movimientos corporales, como que mis reacciones no eran al instante, como que me sentía como si tuviera delay, como retrasada en reaccionar”, relató la conductora en una charla virtual que sostuvo con la periodista Fernanda Familiar para su canal de Youtube.
Inés relató que comenzó a presentar más síntomas que aunque la preocuparon, los dejó pasar por alto, pues como lo mencionó anteriormente, creía que todo era parte del estrés y el cansancio. “Después me empecé a desplomar, entonces, estaba por ejemplo parada y era como si me apagaran el switch, como si me hicieran real off y me iba al piso", compartió la presentadora, revelando que como consecuencia de esos desplomes se llegó a dar cientos de golpes muy fuertes, lo que comenzó a asustar a sus hijos y a su esposo, quien no dejó insistir sobre acudir a una revisión médica, pues no era normal lo que le sucedía, aunque ella insistía en restarle importancia al asunto, con tal de que sus pequeños no se espantaran o se preocuparan de más.
“Un día me salió un derrame muy fuerte en el ojo, yo seguía como muy torpe, cayéndome, me desplomaba, pero yo a la hora de caer como que me levantaba rápido y decía: 'Ay no, fue el tacón'", explicó. Fue hasta entonces que Gómez Mont decidió ir a un chequeo general y asistió con su ginecólogo, que a su vez la remitió con un cardiólogo. Sin embargo, la presentadora salió bien en cuanto al corazón y la presión, que creían era la razón de sus desplomes, por lo que la canalizaron con un neurólogo, donde por fin descubrió lo que estaba sucediendo con su salud.
Su neurólogo se mostró preocupado por los síntomas que había presentado la comunicadora durante los últimos meses, por lo que de inmediato le ordenó hacerse una resonancia magnética y confirmar lo que el médico ya se temía: la presencia de dos tumores en el cerebro. “El doctor entra y me dice: 'Inés, necesito hablar contigo, tienes dos…', hasta la fecha no me acuerdo cuál fue el término exacto que utilizó el doctor porque yo creo que me bloqueé, y le dije qué es eso… Me dice: 'Dos tumores cerebrales'", recordó Inés, agregando que en ese momento no entendía lo que pasaba, pues su doctor incluso invitó a parte del personal del hospital donde se estaba atendiendo a tomarse fotos con ella, aprovechando que tenía a una personalidad en su consultorio.
Una respuesta del destino
Ante la gravedad de su diagnóstico, Inés comenzó a buscar distintas opiniones, decidiendo atenderse en una clínica de Florida, Estados Unidos, en donde sin saberlo, se encontró con uno de los mejores neurólogos del mundo, que al igual que ellos es mexicano y a quien incluso Brad Pitt le está haciendo una película. Finalmente, Inés encontró el lugar y a la persona perfecta para antenderse, logrando superar exitosamente su enfermedad y recuperándose con el paso de los meses.