Pareciera que fue ayer cuando Ariadne Díaz compartía con ¡HOLA! la dulce espera de su primer hijo junto a Marcus Ornellas, Diego. Desde entonces la actriz ha sido sumamente abierta sobre cada bello momento junto a su pequeño ojiazul que conquistó de inmediato, no sólo el corazón de sus padres, sino el de todos sus seguidores que caían rendidos ante cada ocurrencia del simpático bebé. Ahora, tres años después, Ariadne y Marcus compartieron un dulce mensaje festejando la vida del pequeño que llegó a robarles el aliento un 11 de mayo del 2016.
“Hoy hace 3 años llegaste a nuestras vidas mi chiquito hermoso, mi niño bueno, mi bebé, mi niño “ande”, te amo tanto, tu inocencia, tu dulzura, tu risa, tu emoción, lo listo que eres, lo fácil que resuelves la vida, te amo Diego, trato todos los días de hacerte crecer en amor, pero creo que tú me has enseñado más de amor a mi de lo que jamás imaginé, te amo, te amo, te amo mi periquito latoso. ¡Felices 3 años Diego!”, escribió la actriz a corazón abierto.
El amoroso mensaje va acompañado de una colección de fotografías en las que se puede ver distintas etapas de Diego, desde sus primeros días de vida, hasta el día de hoy, que ya luce como todo un niño grande.
Marcus también celebró en redes a su campeón y dedicó un tierno y bilingüe mensaje: “¡Feliz cumpleaños a mi piloto, músico y fotógrafo! “O pai te ama é sempre te amara. Amor da minha vida” Dios te bendice”, escribió.
Hace poco menos de un año, el pequeño fue cómplice de su papá, Marcus, quien, con motivo del cumpleaños número 32 de la actriz, decidió entregarle el anillo de compromiso. Con mariachis, Ornellas sorprendió a la mamá de su hijo y lo que comenzó como una tierna serenata de cumpleaños tomó un inesperado giro cuando el actor le hizo llegar, a través de Diego, un anillo de compromiso con el que le pidió que se casara con él.
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Ahora, casi un año después, la feliz pareja sigue sin poner una fecha para la boda, sin embargo es notorio que ambos se encuentran felices, disfrutando plenamente su papel como papás de Diego y gozando libremente de su amor, que probablemente se verá sellado frente al altar cuando menos lo esperemos.
