Kim Sears, la novia de Andy Murray, sufre el duelo de su novio contra Novak Djokovic en el US Open

Por hola.com

Ver jugar a Andy Murray es como comerse un pastel de chocolate. El juego del tenista es intenso, fluido, lleno de matices y desplantes que sólo un virtuoso consigue a golpe de esfuerzo... aunque a veces no le alcance para vencer a su rival. Ayer, el oponente era otro gigante del tenis, el serbio Novak Djokovic (actual número uno del mundo), quien le disputó “con sangre” el partido que, desde la tribuna, sufrió Kim Sears, la novia del escocés.



Los intensos ojos azules de Kim se abrían cuan grandes eran al ver a su novio dejar la camiseta en la cancha del Billie Jean King National Tennis Center, de Queens, Nueva York, mientras disputaba frente a un embravecido Djokovic su pase a las semifinales. La expresión de la rubia cautivó por la gran carga de ilusión y esperanza, aunque, al final, su prometido quedó eliminado de la competencia.

Andy Murray y Kim Sears iniciaron su relación en 2005 y, en 2009, decidieron terminar su romance. Sin embargo, la pareja retomó su historia de amor en junio de 2010. El tenista y la guapa rubia se dieron cuenta de que se echaban mucho de menos y decidieron volver a intentarlo. Durante el tiempo que estuvieron separados "Andy no tuvo ninguna relación con nadie en absoluto".



Ahora parece que la relación entre Andy, de 27 años, y Kim, es más fuerte que nunca y ella se ha convertido en su principal apoyo.

Con el triunfo sobre Andy Murray en cuatro sets (7-6, 6-7, 6-2, 6-4), Novak Djokovic (quien está próximo a convertirse en padre por primera vez) se colocó como primer cabeza de serie del Us Open y avanza para tratar de conquistar su octavo Grand Slam. Ahora enfrentará al japonés Kei Nishikori.

De acuerdo con una crónica de Marca.com: “Era el partido de la jornada y no defraudó. Lo tuvo todo: polémica, por unos horarios que atentan contra el sueño del espectador; emoción, con un billete de vuelta a casa en juego en el último grande de la temporada; y tenis, donde dos de los mejores jugadores del circuito nos regalaron una oda a la competitividad y al sacrificio. Finalmente, la balanza, esa que jamás otorga empate, se desplomó sobre el lado del serbio”.