Cuando entrenamos, no debemos olvidarnos de trabajar la musculatura de nuestro tren superior, es decir de los músculos que se encuentran por encima de la cadera, es decir: trapecio, pectorales, brazos (tríceps y bíceps), hombros, espalda (dorsales y deltoides) y abdominales. Todos ellos, tal y como nos cuenta Júlia Ndocky Ribas, entrenadora personal y técnica de la División e Actividad Física de Metropolitan, están implicados en cualquier movimiento que hacemos en nuestro día a día, ya sea el hecho de sentarse, andar, hacer deporte, coger o sostener objetos, etc. Y lo solo la musculatura sino componentes óseos, es decir estructurales, los más importantes; la columna vertebral y el cráneo.
“Así pues, uno de los principales beneficios de entrenar el tren superior es la de fortalecer la musculatura, que a priori, si se hace de manera equilibrada entre los distintos grupos musculares, nos va a ayudar a adquirir y mantener una postura corporal correcta, estabilizando la columna vertebral y evitando descompensaciones como el síndrome cruzado superior. Como consecuencia de ello, podremos probablemente reducir nuestras molestias lumbares, cervicales sin un origen concreto. Y nos puede ayudar también en gran medida a evitar lesiones”, nos detalla la especialista.
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