Siempre recurrimos a los cosméticos para mejorar el aspecto de nuestra piel, hidratarla, prevenir las arrugas de expresión o el envejecimiento prematuro. Sin embargo, nada de esto será eficaz si nuestra dieta no es saludable, variada y, sobre todo, si nos atiborramos de comida 'basura' que pueda causar inflamación a todo el organismo.

Hablamos con el dietista-nutricionista Ramón de Cangas, que además es doctor en Biología Molecular y Funcional, para que nos aclare de qué alimentos no podemos prescindir y cuáles hay que evitar para mantener un aspecto joven el máximo tiempo posible.  

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¿Existen alimentos que pueden actuar como cosméticos para la piel?

Existen patrones dietéticos saludables que contribuyen a aportar fitonutrientes y sustancias que, unidos a unos hábitos de vida saludables ( no fumar, no exponerse en exceso al sol, etc...), pueden, además de reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas, retrasar los daños en la piel y, por tanto, tener un 'mejor aspecto'.

Asimismo, hay estudios que demuestran que una dieta rica en vegetales ricos en carotenoides (zanahoria, tomate, brócoli…) pueden ayudar a mantener un tono 'más dorado'.

¿Qué vitaminas y minerales contribuyen a mantenerla más joven?

Se ha hablado de la vitamina C  por su efecto antioxidante y porque participa en la síntesis de colágeno. También de las vitaminas E y D (por su efecto antioxidante) y minerales como el selenio y el zinc como minerales antioxidantes. Pero lo cierto es que, cuando estos nutrientes son consumidos en forma de alimentos, su efecto es mayor por sinergias junto a otros componentes,, como los polifenoles y otros fitonutrientes, con fuerte efecto antioxidante y protector.

Por ello, más que en suplementos o en nutrientes específicos, debemos pensar en alimentos y en incrementar la ingesta de verduras, hortalizas, frutas, frutos secos, etc. 

¿Hay sustancias en los alimentos que puedan ayudarnos, específicamente, a combatir el envejecimiento?

Algunos estudios sugieren que ciertos nutrientes, como por ejemplo los ácidos grasos omega 3,  pueden reducir o retrasar el fotoenvejecimiento, que resulta en la formación de manchas pigmentadas y arrugas de la piel

¿Y alimentos que puedan perjudicarla?

El consumo habitual de alimentos ultraprocesados (galletas, bollos…) y una dieta muy rica en energía, además de 'acelerar' el envejecimiento, provoca ganancia de peso y un estado de inflamación crónica que afecta a la salud y se refleja en la piel.

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¿Qué opinas de los nutricosméticos? 

Algunos estudios aislados han sugerido que la ingesta de determinados compuestos podría tener cierto efecto (muy pequeño en el mejor de los casos) sobre ciertos aspectos como la profundidad de las arrugas. Sin embargo, en mi opinión, el conjunto de la evidencia científica no permite concluir su eficacia.

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Antioxidantes 

Son moléculas que contribuyen a retardar o prevenir la oxidación celular, es decir, la acción de los radicales libres, responsables del envejecimiento. El cuerpo tiene sus propios mecanismos para activar esta acción antioxidante, por ejemplo, mediante el ejercicio. Sin embargo, la mejor fuente de antioxidantes es la alimentación, sobre todo, la que proviene de los alimentos vegetales. De hecho, las propiedades saludables de las frutas y las verduras se deben, en buena medida, a su elevado contenido en antioxidantes.

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Vitamina A 

La vitamina A desempeña funciones esenciales en la visión, el crecimiento de los huesos, la reproducción, y la división y diferenciación celular del tejido epitelial; también participa en la regulación del sistema inmune. Puedes encontrar esta vitamina en alimentos vegetales (betacarotenos) o en productos de origen animal (en forma de retinol). Así pues alimentos como el huevo, la leche, el hígado o en vegetales como los tomates, las zanahorias, las espinacas son ricos en vitamina A.

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Vitamina C 

Además de su acción antioxidante, la participación de esta vitamina es necesaria en la formación del colágeno. El colágeno es la principal proteína de la que depende la integridad de los tejidos fibrosos (tejido conjuntivo, cartílago, matriz  ósea, dentina, piel y tendones), puesto que mantiene unidas las células. Está presente en todos los cítricos y las hortalizas.

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Vitamina E 

Se trata de un nutriente con acción antioxidante que frena el daño que los radicales libres y, por tanto, el envejecimiento prematuro de la piel. Además, nos protege de algunos agentes agresores externos como la contaminación, los pesticidas, los rayos solares, el humo del tabaco o los efectos del estrés. La vitamina E se encuentra en numerosos productos, sobre todo los que componen la dieta mediterránea como el aceite de oliva, girasol y soja; los frutos secos o las conservas en aceite.

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Hierro 

El consumo de alimentos ricos en hierro favorece la producción de hemoglobina, una sustancia fundamental para que la piel tenga un tono rosado. De hecho, si tenemos déficit de hierro, nuestra piel estará más pálida y con cierto aspecto enfermizo. Hay muchos alimentos que contienen hierro, además de la carne o el hígado. Por ejemplo, los berberechos, las algas o verduras como la remolacha. 

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Magnesio

Se trata de un mineral que favorece el recambio celular de la piel. El déficit de magnesio se ha asociado a un aumento del riesgo de trastornos que pueden reflejarse en la piel, como por ejemplo, más cansancio, mayor irritabilidad o, incluso, depresión. Puedes encontrar este mineral en los frutos secos, las legumbres, las verduras de hoja verde, las nueces o los mariscos.

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Selenio 

Ayuda a producir enzimas antioxidantes que combaten la oxidación. Además, participa en la regulación de la hormona tiroidea y protege el corazón. Los alimentos de origen animal (carnes y pescados) son más ricos en selenio que los alimentos de origen vegetal, cuyo contenido varía en función de la concentración del ión en los suelos. Dentro de estos últimos, los cereales tienen un mayor nivel que las frutas y verduras, pudiendo constituir una fuente adecuada de selenio. 

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Zinc

Este mineral participa en la regeneración del tejido cutáneo y proporciona elasticidad y tonicidad. Además, posee propiedades antioxidantes. Puedes encontrarlo en alimentos como el apio, los espárragos, las borrajas, los higos, las patatas, las berenjenas, los melocotones, carnes rojas, pescado, leches y mariscos. 

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