Sientes que no puedes más, que tienes demasiadas cosas por hacer, que tu cabeza no da para más. No estás sola. Estamos ante un mal muy común de nuestro tiempo que, además, afecta y mucho a las mujeres. Pero hay que partir de definir qué es la llamada carga mental. “La carga mental es la cantidad de esfuerzo cognitivo y psicológico que se necesita para llevar a cabo una tarea. La dificultad de la tarea, la cantidad de información que se debe procesar, el nivel de atención y de concentración, así como la duración de la actividad, son factores que pueden originarla”, comenta Andrea E. Trujillo Estrada, psicóloga de bluaU de Sanitas.
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¿Hay personas con mayor riesgo de padecerla?
Tal y como nos cuenta la experta, podemos diferenciar esa carga a nivel laboral y a nivel personal. En el aspecto relacionado con el trabajo, podemos citar aquellas que cuenten con altos niveles de responsabilidad, trabajen en un ambiente de trabajo con mucho ruido, altas temperaturas, interrupciones constantes… o realicen trabajos que requieran una atención constante, están más expuestas a padecer carga mental. “Y a nivel personal, aquellas personas que sean muy perfeccionistas, autoexigentes o sufran estrés, ansiedad o falta de sueño, pueden ser más susceptibles a la carga mental”, matiza.
¿Cuáles son sus causas?
Las principales causas de la carga mental en el entorno laboral, en muchas ocasiones, tienen que ver, en opinión de la experta, con el tiempo de trabajo (trabajar durante largas horas sin descanso); la presión del tiempo, pues incrementa el nivel de estrés y ansiedad; la carga de trabajo (atender muchas demandas a la vez, "intentar llegar a todo"), y los trabajos monótonos, por la falta de estímulo y la tediosidad que provocan. Por eso, considera que es fundamental desarrollar un ambiente de trabajo favorable que proteja la salud y el bienestar de las personas.
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Un problema que afecta, y mucho, a las mujeres
Como decíamos al principio, es un problema que afecta más a las mujeres. Lo confirma la psicóloga de Sanitas, que añade que la razón es que generalmente están a cargo de múltiples responsabilidades, como el cuidado de hijos o familiares, el trabajo y las tareas del hogar. “Además, las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir discriminación de género, desigualdad salarial, acoso sexual y una falta de oportunidades de desarrollo profesional en su lugar de trabajo, los cuales son factores que provocan la carga mental”, nos dice.
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Así afecta a tu salud emocional
Lo que parece constatarse es que dicha carga mental puede llegar a afectar a nuestra salud emocional. “Si la persona se ve obligada diariamente a esforzarse significativamente tanto cognitiva como emocionalmente, puede sufrir episodios de fatiga, frustración, ansiedad…”, nos cuenta Andrea E. Trujillo Estrada.
Estrategias que ayudan a aliviar la carga mental
Toca plantearse qué hacer. Cuando sentimos ese peso, esa carga, ¿cómo debemos actuar? Existen muchas técnicas que pueden ayudar a reducir la carga mental, tal y como explica la psicología.
- En primer lugar, es aconsejable establecer una lista de ocupaciones para organizar el trabajo y priorizar las tareas más importantes.
- En segundo lugar, se recomienda implantar límites en cuanto al tiempo y la energía que se dedica a cada actividad.
- En tercer lugar, es clave delegar tareas a otros miembros del equipo para reducir la carga de trabajo, y si es fuera del trabajo, implicar a los demás miembros de la familia.
- En último lugar, practicar técnicas de relajación y mindfulness es una buena opción para reducir la ansiedad y mejorar la concentración, y al final del día, reflexionar y felicitarte por el trabajo realizado, y no quedarte solo con lo que ha quedado pendiente.
“No obstante, en el caso de que la carga mental esté causando problemas significativos en la salud emocional, se debe acudir a un profesional”, sugiere.
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¿Es un problema difícil de gestionar?
“La carga mental necesita de un esfuerzo y una práctica constante, por lo que sí se trata de un problema complicado de afrontar. Sin embargo, ser conscientes ello, aprender a decir ‘no’ y establecer límites tanto en el trabajo como en la vida personal son aspectos a tener en cuenta para conseguir desconectar y llevar a cabo actividades que nos permitan disfrutar y relajarnos”, concluye.
