¿Qué puede haber detrás de una ronquera recurrente?

Desde un mal uso de la voz a problemas estructurales, analizamos los factores que pueden influir en que padezcamos este problema

Por Pilar Hernán

Quien más quien menos ha tenido en su vida una ronquera, nota cómo el timbre de su voz se torna bronco o bien se hace menos nítido. ¿Cuáles son las causas más habituales que pueden provocarla? “La principal causa es un mal uso de la voz. Por ejemplo, gritar mucho, como en una discoteca o en un bar abarrotado. Otra causa muy común es abusar de la voz, hablar durante mucho rato, como lo hacen profesores de escuela, teleoperadores, comerciales, etc., sin ningún tipo de descanso. En el caso de los profesores, además, suelen necesitar utilizar un volumen relativamente alto, lo cual agota más”, nos explican los vocal coaches de Vokalo Carlos Campaña y Esther Justel. El problema llega, claro está, cuando nos encontramos con una ronquera persistente. En ese caso, los expertos detallan que nos encontramos tres posibles causas:

  • En primer lugar, como se mencionaba antes, el mal funcionamiento de la voz. Correr tiene su técnica, bailar tiene su técnica y el canto y el uso de la voz también la tienen. Si sueles salir a correr y no tienes una buena técnica, te acabarás haciendo daño por un mal uso de tu cuerpo. Pues a la voz le pasa lo mismo. Por ejemplo, si no se equilibra el aire que sale de los pulmones y la cantidad de resistencia que se le ofrece con las cuerdas vocales, las probabilidades de fatigarse son muy altas. Esa fatiga al final se traduce en problemas como la ronquera, disfonía, etc.
  • También nos podemos encontrar causas neuronales. La voz se genera gracias a un conjunto de órganos y músculos que trabajan de una forma determinada. Hay muchas cosas que orquestar, y si hay cualquier tipo de problema en el cerebro que no permita mandar las señales correctas, la voz no funcionará bien. Eso mismo puede ser el origen de la ronquera, pero también puede ser la causa, ya que al no poder utilizar la voz de forma eficiente, se deteriora con el tiempo y el mal uso.
  • Y, por último, podemos encontrarnos con un fallo estructural. Puede haber un problema congénito o adquirido que no le permita a la voz funcionar correctamente. Por ejemplo, se puede tener una pequeña hendidura en una o en las dos cuerdas vocales (sulcus) que dificulte que las cuerdas vocales se puedan juntar. Es muy probable que una persona con este problema ejerza más fuerza de manera inconsciente, haciendo trabajar de forma excesiva a su voz. Con el tiempo, eso puede desembocar en problemas como la ronquera.

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¿Motivo de preocupación?

Cuando una persona tiene una ronquera recurrente o esta se prolonga en el tiempo, ¿debe ser motivo de preocupación? “Sin necesidad de entrar en pánico, sí, hay que preocuparse, porque no es algo que forme parte del funcionamiento habitual de la voz. En caso de duda lo mejor es acudir al otorrinolaringólogo para que nos haga un chequeo. Probablemente no será nada grave y en unos días se nos pase, pero si nuestro trabajo requiere de un uso continuado de la voz, puede valer la pena que nos recete algún tipo de antiinflamatorio para que la ronquera no vaya a más”, nos cuentan.

¿Cuáles son las razones que pueden influir en ese caso de ronquera prolongada?

En opinión de los expertos es el hecho de seguir insistiendo en utilizar la voz en mal estado. “Eso no va a hacer que mejore. Todo lo contrario. No le estamos dando la oportunidad de recuperarse y, de hecho, estamos empeorando la situación. Si suponemos que la ronquera viene dada por un mal uso de la voz, tampoco estamos trabajando en solucionar la causa que generó el problema. Al revés, la estamos empeorando. Si el problema es de origen médico, hay que acudir al especialista indicado para que nos guíe y nos pueda aportar una solución al problema”, nos cuentan.

Por eso, por lo general, si no se nota ninguna mejora después de tres días de haber detectado la ronquera, se debería ir al médico, aunque se puede ir antes si se siente mucho dolor al tragar y dificulta nuestro día a día.

Personas con más riesgo

Les planteamos la duda de si hay personas con más posibilidades de padecer este problema relacionado con su voz. “Sí, las hay. Personas con algún tipo de anomalía estructural. Por poner un ejemplo, una persona que tenga tejido cicatricial en una o en las dos cuerdas vocales por cualquier motivo, va a tenerlo más difícil para utilizar su voz de forma normal. Lo mismo si hay un quiste o cualquier otra cuestión anómala. Personas con propensión a enfermedades que afecten a la voz, como laringitis, también tienen más posibilidades de caer en las garras de la ronquera”, nos resumen.

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¿Es un problema que se puede prevenir?

En opinión de los especialistas, optimizar el uso de la voz hará que podamos hablar y cantar con menos esfuerzo, por lo que se pone mucho menos estrés en todo el aparato vocal. Esto hace que el deterioro sea muchísimo menor y que podamos evitar cualquier pequeño mal uso que se acumule en el tiempo y derive en algo grave o costoso de corregir. “Pero, como siempre, lo primero es acudir al otorrinolaringólogo para asegurarse primero de que no haya algún otro tipo de problema, ya que son muchas las cosas que pueden afectar a la voz. Por poner otro ejemplo, si se sufre reflujo estomacal y el ácido llega a nuestras cuerdas vocales, puede abrasarlas y ponernos las cosas difíciles”, recomiendan.

Buscando soluciones a la ronquera

Una vez aparece la ronquera, ¿qué debemos hacer para tratar de solucionar este problema de salud? Es importante parar y pensar en qué ha podido pasar para estar así. “Como comentábamos al principio, hablar a gritos con los amigos en un bar abarrotado puede causar muchos problemas, aunque en el momento no nos demos cuenta. Un cantante con este tipo de problemas debería trabajar en mejorar su técnica vocal para no forzar las notas agudas, por ejemplo. Eso suele cansar la voz muy, muy rápido. Y si el problema no es de origen funcional, hay que encontrarlo con la ayuda del otorrinolaringólogo”, nos cuentan.

“Existe la creencia de que hay que cambiar el tono de voz a más agudo o más grave para mantener la voz a salvo, pero solo es un mito. El tono de voz que hay que utilizar es el que emites cuando estás en silencio y, sin hacer ningún esfuerzo, emites un sonido. Ese es el punto con menor tensión en las cuerdas vocales, por lo que es el más relajado. A veces los hombres tienden a poner la voz más grave y las mujeres tienden a poner una voz más dulce. Haciendo honor a la era de igualdad que estamos viviendo actualmente, ni un hombre tiene que tener la voz de Constantino Romero para ser masculino, ni una mujer tiene que tener la voz de princesa Disney para ser femenina”, concluyen.