Hay personas que se estresan a la mínima, que tienen pensamientos negativos recurrentes, que anticipan que va a pasar lo peor y que suelen tener dificultades para controlar la frustración o la ira. En psicología, se habla de rasgos de personalidad neuróticos. Es importante poder detectar que podemos tener estas características porque si somos conscientes, podemos buscar remedio, acudir a un profesional de la salud mental y ponernos en sus manos para que podamos modificar esta conducta y ganar en calidad de vida. La psicóloga y directora de contenido de TherapyChat Isabel Aranda, y todo su equipo de contenido clínico nos explican qué es el neurotismo y nos proponen hacer un test de personalidad para averiguar si somos personas neuróticas.
¿Cuáles son los rasgos de la personalidad neurótica?
El neuroticismo es un rasgo de la personalidad acuñado por el psicólogo Hans Eysenck que define un estado emocional negativo en el que se mantienen pensamientos negativos y estresantes de forma continua. Estas características predisponen a la inestabilidad emocional típica de este tipo de personalidad, siendo frecuentes las siguientes características:
- Pensamiento dicotómico: para ellos todo es blanco o negro sin existir términos medios. El hecho de pasar de un polo a otro puede hacer que desde fuera se pueda apreciar cierta contradicción en su persona.
- Ansiedad y rumiación: tienden a anticiparse a los acontecimientos y a invertir grandes cantidades de tiempo pensando en los aspectos negativos de tales pensamientos.
- Baja tolerancia a la frustración: la suma del pensamiento polarizado y de los altos niveles de malestar emocional hacen que vean las dificultades como algo a lo que difícilmente se puede hacer frente de forma adaptativa.
- Impulsividad e inestabilidad emocional: este tipo de personas suele dejarse llevar por las emociones que les invaden en ese mismo instante. Además, al reaccionar a los desencadenantes, les suele ser de gran dificultad mantener una estabilidad emocional.
- Alta sensibilidad: para este tipo de personalidad es muy fácil activar, ante el mínimo acontecimiento negativo, emociones desagradables. Esta sensibilidad ante lo negativo es especialmente alta si se le realizan críticas. De esta forma, sentirán que sus sentimientos han sido heridos y se verán como diana de la crítica, a la que catalogarán como ataque.
- Dificultades para afrontar el estrés: con todas estas características, podemos ver que sufren mayores emociones negativas y que se sienten desbordados, siendo muy difícil para ellos canalizar tales sentimientos y afrontar situaciones desagradables.
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Test de personalidad
Te animamos a que respondas a este test para comprobar si tu personalidad es neurótica
¿Cuáles son las causas, los desencadenantes?
Como rasgo de personalidad, es una característica bastante estable en el tiempo y consistente a través de distintas situaciones. Si bien es cierto que las situaciones que perciban como más estresantes son las que pueden activar conductas compatibles con este tipo de personalidad, en muchas ocasiones estas personas pueden sufrir y no manifestarlo debido a la suspicacia que tienen hacia el resto de personas. Uno de los desencadenantes más frecuentes de estos rasgos es el miedo a la soledad. Normalmente, tienden a anticipar los problemas que les puedan ocurrir cuando se produzca una ausencia de ayuda externa, intentando protegerse de los “peligros” del mundo con suspicacia, preocupación y anticipación.
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¿Qué síntomas nos hacen sospechar que estamos ante este tipo de personalidad?
Los síntomas que se pueden detectar en este tipo de personas son:
- Emociones intensas e impulsividad: las emociones son el motor de su comportamiento, lo que les lleva a desarrollar conductas impulsivas, suponiendo un gran esfuerzo para ellos controlar sus emociones, impulsos y deseos.
- Hostilidad o agresividad: debido a la suspicacia, suelen actuar de forma hostil, enfadándose fácilmente. Si tenemos en cuenta que son personas impulsivas que se dejan guiar por sus emociones, no es de extrañar que puedan reaccionar de forma agresiva ante desacuerdos.
- Ansiedad anticipatoria: pasan gran parte de su tiempo preocupándose por el futuro y por el qué pasará. A menudo se ponen en lo peor y suelen pensar en términos de “¿y si…?”.
- Baja autoestima y tristeza: tienden a imperar sentimientos negativos de tristeza y a hacer atribuciones a uno mismo que les llevan a sentirse culpables. Por ello, siempre actuarán con vergüenza y miedo a hacer el ridículo.
- Miedo a la soledad o al abandono: se suelen sentir desamparados en un mundo hostil y estresante. Por ello, tienden a buscar apoyo en los demás como estilo de afrontamiento. Cuando otras personas no les brindan esa ayuda, pueden sentirse solos y abandonados activando emociones negativas como la hostilidad, la culpa, la tristeza o la ira.
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¿Cómo es su calidad de vida?
Estas personas tienden a activar rápidamente y, ante el mínimo acontecimiento, emociones negativas, por lo que el sufrimiento es elevado, lo cual disminuye su calidad de vida. Si tenemos en cuenta que la OMS incluye en su definición de salud también el bienestar y no sólo la ausencia de enfermedad, podríamos decir que este tipo de personalidad es tendente a presentar una mala salud y, por lo tanto, una peor calidad de vida. Además, este tipo de personalidad y su malestar repercute en distintas áreas de su vida como el trabajo, el ocio o la familia.
¿Cómo se trata?
El tratamiento depende del caso y de la sintomatología. Sin embargo, aunque en determinadas ocasiones puede combinarse con tratamiento farmacológico, el tratamiento psicológico es fundamental. En este sentido, el objetivo de la psicoterapia no se va a focalizar solo en modificar las conductas que resultan desadaptativas, sino que va a incluir el trabajo con los pensamientos para conseguir aumentar el nivel de bienestar y, por lo tanto, la calidad de vida del paciente.
¿Qué puede hacer el entorno para ayudar a estas personas?
El entorno debe actuar de forma distinta en función de la consciencia de la persona. En primer lugar, al ser un rasgo de la personalidad y llevar presente en su vida durante años, puede ser que la persona tienda a normalizarlo. En este caso, el entorno debe ayudar a ver a la persona que está manteniendo un nivel de sufrimiento que otras personas no tienen o, al menos, no en tal intensidad. Las personas de confianza le deben apoyar y brindar su comprensión desde la empatía en todo el proceso. Además, teniendo en cuenta que en esta personalidad existe una visión catastrófica del mundo y un miedo al abandono permanente, que el entorno brinde su comprensión y apoyo al paciente es fundamental no solo para la mejora, sino para garantizar la adherencia al tratamiento psicológico.
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