Estas son las razones que te animarán a tener un pensamiento positivo

Un experto nos aclara que este tipo de pensamiento es el que se centra en lo que sí puede conseguir y nos explica cómo deberíamos cultivarlo

Por Pilar Hernán

Vivimos en una sociedad en la que pensar, vivir en positivo, es el gran objetivo. No hay (casi) hueco para los pensamientos negativos y los esfuerzos parece que tienen que ir encaminados a conseguir virar hacia ese positivismo, a dejar de verlo todo oscuro. Pero, en ocasiones, 'pensar bonito' no es tan sencillo. La vida no siempre nos lo pone fácil. Sobre todo ello, hemos hablado con el experto en desarrollo personal Antonio Herrero Estévez, autor del libro Un Manual hacia la grandeza.

La pregunta clave, para comenzar es muy clara: ¿Qué significa realmente el pensamiento positivo? “El pensamiento positivo es aquel que se centra en lo que sí puede conseguir. En lo que puede crear. Es decir, es un pensamiento que se centra en las posibilidades, las cuales son infinitas. El pensamiento positivo pone en funcionamiento las neuronas, establece conexiones, ve oportunidades. El pensamiento negativo apaga las neuronas, quita conexiones, ve problemas”, nos dice, y nos pone un ejemplo práctico para entenderlo mejor. “Imagínate que habitualmente tu sueldo es de 30.000 al mes, pero me acerco y te digo: ¿Serías capaz de ganar 1.000.000 euros este año? Si tu respuesta es no (pensamiento negativo), estás apagando tu cerebro, le estás ordenando que no encuentre posibilidades, que no indague caminos. Si tu respuesta es: ¿Cómo podría hacerlo? Estás activando tu cerebro. Esa respuesta de ‘cómo podría hacerlo’ pone en funcionamiento toda tu capacidad”, nos cuenta, apuntando que empiezas a pensar: ¿qué proyecto tendría que crear, qué libros tendría que leer, a qué mentor tendría que contratar para que me asesorara, qué disciplinas tendría que adquirir?

“Robert Kiyosaki dice en su libro Padre rico padre pobre que, mientras que los pobres dicen ‘no me lo puedo permitir’, los ricos dicen ‘¿cómo podría permitírmelo?’. Quizás no nos gusta el ejemplo ‘rico o pobre’, pero es el hecho en sí de encender el cerebro y empezar a ver posibilidades lo que nos importa”, matiza.

Esto nos hace entender que el experto piensa que solemos tener una creencia errónea sobre lo que es el pensamiento positivo. “Absolutamente. Creo que la mayoría de las personas, o al menos la mayoría de las personas que conozco, asocia el pensamiento positivo a ir de feliz por la vida pensando que todo está bien, que siempre hay que sonreír, que los problemas no existen”, nos cuenta.

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Tener pensamientos positivos ¿es beneficioso?

Lo que parece estar claro es que es beneficioso tener pensamientos positivos. “Si quieres tener una vida con posibilidades, sí, es beneficioso. De todas formas, todos en mayor o menor medida tenemos pensamiento positivo. Cuando decides ir a trabajar por la mañana, aunque no soportes tu trabajo ni soportes el camino que te lleva hasta él, estás poniendo en funcionamiento tu pensamiento positivo. Cuando vas a tomar un café a un bar que no conoces, estás activando tu pensamiento positivo, pues piensas que estará abierto, que habrá café, que estará bebible, que podrás tomártelo sin sufrir riesgos. El pensamiento completamente negativo no existe, pues supondría la muerte de la persona”, detalla.

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¿Se puede trabajar para ser más positivo?

Jugando con el conocido dicho, le planteamos al experto si una persona positiva nace o se hace. “Jugando con la conocida respuesta... es una mezcla de las dos. Pero el mayor peso lo tiene la educación, el entrenamiento, y el interés en adquirirlo. Si tus padres respondían a menudo con ‘vamos a ver cómo es posible’, tú acabas instaurándolo como forma de vida. Si tus padres respondían ‘no’ sistemáticamente, también lo acabas instaurando como normal”, nos explica.

Sin embargo, hay personas que viven debajo de un nubarrón, que lo ven todo en negativo, ¿por qué les cuesta tanto alcanzar ese tipo de pensamientos? “Porque el desconocimiento del funcionamiento de la mente en la mayoría de las personas es absoluto. Porque la educación que recibimos de pequeños no lo fomenta. Pero, aplicándome un poquito de pensamiento positivo, también te digo que cada vez hay más personas que lo aplican y lo comprenden. Por eso tú y yo estamos hablando de ello ahora”, afirma el experto en desarrollo personal.

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¿Ver siempre el vaso medio lleno?

Siempre relacionamos el pensamiento positivo con ver el lado bueno de las cosas, el vaso medio lleno, y el experto piensa que no estamos en lo correcto. “Es un error, sí. Si el vaso está por la mitad, está por la mitad. Objetivamente por la mitad. Las matemáticas no engañan. 50 % es 50 %. El pensamiento positivo diría que hay espacio por llenar. Que es posible encontrar agua. Que hay personas buenas y comprometidas que están dispuestas a llenarlo. Que si no es este vaso, podríamos ver las posibilidades de encontrar otro vaso que esté más lleno. Que si es el 50 % lo que tenemos disponible, vamos a ver cuál es la mejor jugada que podemos hacer con él”, nos explica. ¿Nos obsesionamos en ocasiones con alcanzar el pensamiento positivo? El experto cuenta su caso personal: “Yo sí me obsesiono, pues obsesionarse con ello significa obsesionarse con que tu cerebro funcione correctamente y a su pleno rendimiento. Lo cual, dentro de que las obsesiones son nefastas, esta no está del todo mal”.

Entrenar el pensamiento positivo

Lo que parece claro es que sí que se puede entrenar el pensamiento positivo. Y Antonio Herrero Estévez propone empezar el entrenamiento hoy mismo. “La próxima vez que alguien te cuente algo, observa cómo reaccionas y cuál es tu respuesta. ¿Respondes con soluciones, con posibilidades, con intención creativa? ¿O por el contrario respondes con muros, con bloqueos, con objeciones, con sí, pero es que…?”, concluye.