Psicología

Síndrome de 'savant' o del sabio: mentes brillantes con discapacidad

Hay personas que son capaces de recordar más de 10.000 libros o retratar con su mente un paisaje y guardarlo en su memoria con todo detalle. La capacidad de cálculo de otras podría equipararse a la de un ordenador. Sin embargo, su cerebro también sufre algún tipo de discapacidad o trastorno.

Por Nuria Safont

Hay personas que se consideran ‘genios’ por sus capacidades extraordinarias para el cálculo, la retención de datos o para la música. Sin embargo, el cerebro de algunos de ellos no funciona bien. O no como el del resto de los humanos. Son personas que tienen alguna discapacidad o son autistas. Incluso algunas han sufrido un traumatismo. El cine y la televisión han retratado ejemplos del síndrome del sabio. El famoso Sheldon Cooper, de The Big Bang Theory podría ser un ejemplo. Te contamos en qué consiste este síndrome y te descubrimos los 'savant' más famosos del mundo. 

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¿Qué es este síndrome y se sabe a qué se debe? 

“El síndrome de savant o síndrome del sabio es una patología poco frecuente en la que la persona presenta un funcionamiento cognitivo deficiente a la vez que también posee habilidades extraordinarias en un área específica, que puede estar relacionada con la memoria, el cálculo matemático o el arte (música, pintura y escultura)”, nos explica la psicóloga Mariló Pérez García, de GrupoLaberinto. 

El síndrome de savant se presenta habitualmente en personas con Trastornos del Espectro Autista, especialmente en el síndrome de Asperger. De hecho, alrededor del 50% de las personas con autismo tienen síndrome de savant aunque también puede manifestarse en personas con lesiones cerebrales, ya sea por una enfermedad o debido a un traumatismo. Por ello, normalmente suele darse desde el nacimiento, pero también puede ser adquirido como en los casos donde hay un traumatismo.

Ejemplos de sídrome del sabio o de 'savant'

La película Rain Man, protagonizada por Tom Cruise y Duftin Hoffmann, presenta a una persona con este síndrome. Aunque muy dramatizada, la historia está inspirada en una de las personas con síndrome de savant más conocidas. Es el caso de Kim Peek, “un hombre que poseía una memoria extraordinaria, siendo capaz de recordar a la perfección los casi 10000 libros que había leído”, nos cuenta Mariló Pérez. Sin embargo, a la vez presentaba dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria.

También podemos nombrar a Stephen Wiltshire, un artista londinense con un gran talento para dibujar paisajes tras haberlos visto tan solo una vez. De hecho, se le ha llamado ‘la cámara fotográfica humana’, por esta capacidad extraordinaria de captar las imágenes y recordarlas con todo detalle como si tuviera una foto impresa en su mente. 

Daniel Tammet, por su parte, “es un escritor británico con síndrome del sabio y síndrome de Asperger reconocido por su capacidad para aprender múltiples idiomas con gran facilidad, así como para realizar cálculos matemáticos complejos”, apunta la psicóloga. Tammet, que también sufre sinestesia, una variación de la percepción, ha escrito una maravillosa biografía en la que explica cómo funciona su cerebro y narra su capacidad para establecer conexiones entre números. A cada uno de ellos les atribuye un color, una forma, una textura o un color. No se trata de creatividad, sino que su mente funciona así. 

Otro ejemplo de síndrome de savant es Tony DeBlois, un genio musical que aprendió a tocar el piano a los 2 años sin que nadie le enseñara. DeBlois es autista y ciego, pero eso no le ha impedido dar conciertos por todo el mundo. Es capaz de tocar una pieza musical con solo escucharla una o dos veces. La misma historia la comparte Derek Paravicini, con una historia muy similar a la de DeBlois y cuya maestría al piano ha dado la vuelta al mundo. 

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De ‘malo’ en estudios a genio en matemáticas

No todos los casos del síndrome del genio son de nacimiento. Como adelantábamos, los hay que lo han desarrollado tras un traumatismo. Se denomina savant adquirido y el ejemplo más famoso es el de Jason Padgett, un chico al que lo que más le motivaba en la vida era salir con sus amigos y no destacaba en nada en particular. A los 30 años sufrió un accidente que le provocó una conmoción cerebral. Su cerebro, al tratar de reparar las áreas del cerebro dañadas por el golpe, activó otras que permanecían inactivas y que le convirtieron en un genio en matemáticas. 

Algo parecido le ocurrió a Derek Amato quien, tras golpearse la cabeza al caerse en una piscina con sus amigos. En el hospital le diagnosticaron una contusión muy grave que le ha dejado algunas secuelas: dolores de cabeza, ligera pérdida de audición y de memoria. Sin embargo, también le convirtió en un virtuoso del piano. Como Amato cuenta en sus memorias, tras el accidente comenzó a visualizar unas teclas blancas y negras en su mente. Se puso delante de un piano y sus manos comenzaron a tocar. 

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