Psicología

¿Mal carácter o trastorno de oposición desafiante?

Charlamos con un psicólogo para que nos explique si el malhumor de algunas personas obedece a un rasgo de personalidad o puede ser un trastorno

Por Nuria Safont

Hay personas que, de forma persistente, tienen mal humor o mal carácter. Protestan por todo, se irritan y pierden la paciencia. ¿Es algo normal? Puede que estén pasando una mala época, pero también pueden sufrir un problema psicológico.

En ocasiones, puede deberse a un fenómeno que en psicología se denomina trastorno de oposición desafiante. "Está caracterizado, principalmente, por la falta de respeto a la autoridad, normas, y reglas. Suele aparecer después de los 6 años y en la mayoría de los casos hay problemas con los padres y en casa. También suele asociarse a padres agresivos y madres depresivas que entre ambos plantean control sobre el niño. En general, las personas con este trastorno suelen ser antisociales, cuentan con pocos amigos y son muy agresivos en el trato con ellos", nos explica el psicólogo Juvenal Ornelas, de Mundopsicologos.com 

En adultos se ve cuando a la persona le cuesta mantener un trabajo y piensa que todos están en su contra. Puede terminar teniendo comportamientos delictivos en la mayoría de las ocasiones, "se toman la justicia por su mano y pasan de todo". 

El trastorno de oposición desafiante es más que un simple enfado. La persona con este trastorno tiene un carácter impulsivo y temperamental en cualquier momento, incluso en los periodos de calma. "Siempre busca el conflicto, sea por el motivo que sea, ellos tienen la razón y todos los demás están equivocados. No aceptan consejos porque no los quieren. No aceptan ayuda porque no están mal. Es un tipo de situación muy complicada para acudir a un profesional".

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¿Cuáles son las causas?

Pueden ser desde genéticas, neuropsicológicas y conductuales. "Puede ser heredado de padres agresivos, con problemas para controlar el temperamento. Pero también puede deberse a lo contrario, es decir, haber crecido en entornos demasiado permisivos, donde la carencia de autoridad y reglas sea lo más habitual. Lo que está claramente definido es que se inicia desde edades muy tempranas, y se manifiesta con agresividad física y verbal que no es controlada por parte de los adultos", indica el experto. 

¿Qué otras características les definen?

Además de esta propensión por el conflicto, hay otras características de estas personas:

  • Pérdida de paciencia con frecuencia y bajo niveles de frustración.
  • Cambios de humor continuados, donde la irritabilidad es la emoción más frecuente.
  • Se autodefinen como rebeldes, independientes y que viven la vida a su manera. Es un problema presente en todos los ámbitos de su vida, con su familia, amigos, trabajo, pareja. 
  • Evidencian una nula responsabilidad personal. No respetan reglas, ni leyes, ni consejos.
  • Se sienten incomprendidos, nadie les valora en nada.
  • Suelen hacer uso de la violencia verbal como forma de tomar el control.
  • Conducta violenta al volante.
  • Suelen tener relación con adicciones al llegar a la etapa adulta.

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¿Cómo afecta a su calidad de vida?

"Son personas que crean poca red social y donde su vida cotidiana es un conflicto siempre con el exterior nunca contra ellos mismos", nos explica Ornelas. Estas personas se sienten víctimas de todo y lo que les ocurre es culpa de los demás, nunca suya.  Jamás aceptan su parte de responsabilidad en ningún aspecto, ni laboral, ni familiar.

La convivencia con ellos es muy complicada. "Normalmente, los acompañantes suelen ser personas dependientes emocionalmente al sujeto, que soportan cualquier tipo de humillación por no quedarse solos. Estas parejas son capaces de convivir con el maltrato, pues las personas con trastorno de oposición desafiante son personas muy agresivas y violentas en muchos casos y la convivencia es muy complicada. Solo se puede entender que alguien esté con ellas si sufre una muy baja autoestima", señala el experto en psicología. 

¿Qué consejos darías para que ponga remedio?

"El consejo es muy simple: si desde la más tierna infancia se observan comportamientos contra la autoridad estos deben ser atajados. La rebeldía no se puede entender como algo normal. Los niños deben comprender que en el futuro tendrán que acatar unas pautas mínimas de socialización con el entorno y que las mismas se generan y aprenden en el entorno más próximo. En la vida se debe aprender a ganar y a perder porque es norma de vida", sostiene.

Por otro lado, si un sujeto se siente identificado como "algo busca broncas", o reconocemos a alguien en nuestro entorno, hay que recordarle siempre que así se aíslan y no es el camino para nada. "La búsqueda de conflictos en la mayoría de los casos genera más y más conflicto de manera instintiva. Se puede aprender a controlar y sobre todo a entender que tu comportamiento me afecta, y tú debes ser responsable de tus actos y de sus consecuencias", concluye Juvenal Ornelas. 

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