Psicología

'La risa es medicina, es la mejor terapia'

Hablamos con el experto en motivación y coaching Víctor Küppers sobre la importancia del pensamiento positivo

Por Pilar Hernán

Tal vez te has propuesto como objetivo para este año sonreír más, afrontar la vida con optimismo. Sin duda, una buena elección, tal y como nos confirma el formador y experto en motivación y coaching Víctor Küppers, quien ha colaborado con la campaña 'Máster de la Sonrisa', promovida por Sanitas Dental, que pretende hacer hincapié en la necesidad de cuidarse y prevenir en todos los aspectos de la salud, incluida la emocional, porque todas están interrelacionadas. El experto piensa que, en medio de una situación tan compleja como la que atravesamos, "es un buen momento de transmitir optimismo y contagiar a las personas la ilusión por sonreír, por vivir”. Hemos hablado con él para que nos dé algunas claves que nos pueden ayudar a conseguirlo.

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¿Afrontar la vida con una sonrisa es siempre una buena estrategia?

Por supuesto que sí, es la mejor de las estrategias que se puede seguir. Eso no quita que no siempre sonreír sea posible, a veces hay problemas en la vida que lo impiden. La clave del día a día está en afrontar las cosas con la mejor de las actitudes, porque la manera con la que afrontamos los problemas sí que está en nuestras manos. Hacerlo como auténticos máster de la sonrisa, es lo que nos diferencia y en definitiva lo que puede hacernos más felices. 

Una de sus frases preferidas, como usted mismo apunta es 'Reírse arruga la piel, pero no hacerlo arruga el alma'. ¿Piensa que es realmente terapéutica la risa?

La risa es medicina, es la mejor terapia. Como dicen los expertos y numerosas investigaciones científicas reír segrega infinidad hormonas beneficiosas como las endorfinas. Por lo que podemos decir que reírse biológicamente es muy sano. Vivir y sonreír es la lección más importante para este 2022 que está a punto de comenzar. En definitiva, reír, sonreír y afrontar las cosas con optimismo está en nuestra mano, es algo fundamental para ser más felices y gozar de mejor salud física y psicológica como sociedad.

Pensar en positivo, sonreírle a la vida es un excelente objetivo sobre el papel para el 2022, pero ¿cómo podemos conseguirlo?

Para responder a esta pregunta necesitaría una ponencia entera, pero voy a tratar de resumirlo… Como dice la psicología positiva la clave está en no darle demasiadas vueltas a lo que no controlamos y centrarse en lo que sí está en nuestras manos. Valorar las cosas positivas que tenemos y rodearnos de las personas que nos apoyan y que queremos. Es tener ilusión y cuidarnos física y psicológicamente, ayudar a los demás e intentar ser buena persona. En definitiva, es reír, es sonreír.

Estas premisas no harán que desaparezcan los problemas, pero sí que nos ayudarán a vivir mejor, a sentirnos más felices. Al final la actitud hay que ejercitarla para lograr ser más felices.

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¿Piensa que el optimista nace o, por el contrario, se puede ir haciendo?

En nuestra forma de ser intervienen tres variables, la genética, que no podemos cambiarla; otra son nuestras vivencias y circunstancias y por último aquello que está en nuestra mano, pero que con la rapidez del día a día a veces se nos olvida ponerlo en práctica. Sabemos lo que hay que hacer, pero no ponemos en marcha el hábito para lograrlo. Por tanto, la genética nos condiciona pero no nos determina, está en nuestra mano la actitud con la que queramos afrontar nuestras vidas.

La pandemia nos ha hecho un flaco favor en esta labor de tratar de vivir sin miedo, con ilusión, de afrontar la vida con optimismo, ¿no cree?

Desde luego que sí, con la pandemia todos hemos tenido que afrontar una situación absolutamente nueva para todos nosotros llena de incertidumbre y miedo. La angustia y la inquietud nos ha sobrepasado y hemos aprendido que la vida es muy frágil. Pero la clave está en mirar para adelante y pensar que, aunque estamos en un túnel, no en un pozo, y de los túneles se sale, esto no durará eternamente.  

¿Es la clave pensar que no hay mal que cien años dure?

Yo no soy muy partidario de estas frases bonitas que luego no se aplican a la realidad. En la vida nos pueden ocurrir desgracias terribles, muy dolorosas y de un altísimo sufrimiento. Muchas personas vivimos con la falta de algún ser querido y eso es un sufrimiento que durará eternamente. Lo que sí es cierto es que el paso del tiempo atenúa el dolor y lo que hay que conseguir es aprender a vivir con ese sufrimiento y frustración de forma razonable.

Es usted conocido como un maestro de la motivación, ¿por qué nos cuesta a veces tanto encontrarla?

Yo no soy un maestro, yo lo que hago es transmitir lo que los maestros dicen. La motivación nos cuesta encontrarla por dos motivos. El primero porque no es fácil desarrollar hábitos ya que requieren de tiempo y esfuerzo. Vivimos en una sociedad que lo quiere todo rápido y ya y esto va en contra de desarrollar buenas rutinas y hábitos. La velocidad con la que vivimos nos desconecta y nos hace olvidar que es lo verdaderamente importante de la vida. Por otro lado, los disgustos y problemas del día a día tampoco ayudan a encontrar esa motivación.

¿Piensa que lo tenemos todo al alcance de la mano pero no por ello somos más felices que nuestros abuelos?

Esta pregunta es complicada. Es evidente que tenemos más bienes materiales, tecnológicos, más progreso y comodidades, pero eso no quiere decir que tengamos que ser más felices. Al final la felicidad viene de nuestras relaciones con los demás, de las relacionas con las personas que más queremos. Y eso era igual antes y ahora. Quizá de hecho hoy en día es más difícil porque tenemos muchas distracciones, más presión y estrés en nuestro día a día. En definitiva, la base es la misma, debemos cuidar a las personas que queremos.

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El tiempo pasa volando y estamos en pleno enero, el mes más odiado por muchos... ¿cómo afrontamos la vuelta a la rutina y la dura cuesta de enero a nivel emocional?

Hay una doctora que siempre se hace esta pregunta: ¿A mí qué me quita la alegría? Personalmente, creo que es una pregunta clave para poder diferenciar lo que son dramas de aquello que son circunstancias a resolver o problemas. Los dramas son fallecimientos de seres queridos, un divorcio, perder el trabajo, una enfermedad. Fuera de eso, lo demás son circunstancias para resolver, no dramas. Por ello, relativizar las cosas y valorar lo que tenemos ayuda mucho y es la clave.

¿Por qué piensa que hay personas a las que, en general, les cuesta ver el lado bueno de las cosas?

Porque hay personas que han tenido vidas muy duras, que tienen muchas cosas negativas a su alrededor y les cuesta ver lo positivo. A esas personas debemos ayudarlas y no apartarlas de nuestras vidas. Cuando alguien está triste, tiene mal carácter o está enfadado, está sufriendo y hay que ayudarlas y contagiarles nuestra actitud y nuestro optimismo.

Cuando nos rodeamos, precisamente, de esas personas, ¿podemos contagiarnos de su forma de ver la vida y caer también en ese pesimismo?

Desde luego que nos podemos contagiar, pero es que estamos en esta vida para ayudarnos los unos a los otros. Hay personas que viven bajo el umbral de la pobreza en cuanto a sentimientos y esto lo expresan con su carácter. A esas personas hay que acercarse y hay que ayudarlas, porque son las que más lo necesitan.

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Siguiendo con las frases, apunta que su favorita es "Que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”, de la Madre Teresa de Calcuta. Si todos la hiciéramos nuestra, todo iría un poquito mejor, ¿no cree?

Por supuesto, esa frase resume todos los principios y conceptos de la psicología positiva, desarrollo personal, inteligencia emocional… Toda la sabiduría universal está en esa frase que nos ayuda a conseguir tres cosas: ser mejores personas, ayudar a los demás y hacer las cosas lo mejor posible, y ese es el camino más corto para vivir la vida con alegría y con ilusión. Lo importante de esta frase es aplicarlo cada uno de nosotros para salir de la vida por la puerta grande.

Le hace la entrevista una persona que siempre tiende a pensar que va a pasar lo peor... ¿qué me diría para finalizar que tengo que pensar que no tiene por qué ser así y que, de hecho, casi nunca lo es...?

Es bueno preocuparse por las cosas y prever lo que nos puede ocurrir, eso implica ser responsable. Lo que no es bueno es regodearse, darle excesiva importancia y bloquearnos. Ante la incertidumbre de lo que puede pasar debemos darle las vueltas justas y no entrar en un bucle negativo. Cuando nos pasa eso hay que salir de él, y pensar en otras cosas. El exceso de preocupación es lo que nos lleva a la angustia.