¿Sabes en qué consiste un estudio de la microbiota intestinal y por qué es interesante hacérselo?

Los expertos coinciden en que es una gran fuente de información sobre nuestra salud, especialmente digestiva

Por Pilar Hernán

Mucho te hemos hablado de la importancia de cuidar la salud de nuestra microbiota, un aspecto que, hasta hace no mucho tiempo, no teníamos demasiado presente. Pero cada vez tenemos más en cuenta su papel, por ejemplo, en la prevención de enfermedades.  Por eso, cada vez más especialistas recomiendan la realización de un estudio de la microbiota. Si no tienes claro aún en qué consiste, vamos a intentar solucionar todas tus dudas, con la ayuda de la experta en Nutrición Elisa Blázquez.

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¿En qué consiste un estudio de microbiota?

Según nos cuenta la especialista, se trata de un estudio que nos aporta mucha información sobre el equilibrio del ecosistema intestinal. “Nos valora cualitativamente (distintos grupos funcionales de bacterias, hongos, levaduras) y cuantitativamente (número de colonias) qué tenemos habitando nuestro ecosistema intestinal. Analiza tanto los microorganismos con funciones beneficiosas para nuestra salud, como aquellos potencialmente patógenas”, nos cuenta con detalle. Y añade que al desequilibrio de este ecosistema intestinal se le llama disbiosis intestinal y está relacionado con nuestra salud general. “La microbiota es capaz de modular la inmunidad, el metabolismo y está implicada en la digestión y absorción de nutrientes”, puntualiza.

Pero es que, además, la experta afirma que en este estudio también se miden otros parámetros cómo la permeabilidad intestinal, si hay presencia de parásitos, presencia de metabolitos con carácter tóxico, nuestra respuesta inmunitaria de mucosas, si estamos haciendo correctamente nuestras funciones digestivas y absortivas y si existe inflamación intestinal. Sin duda, una gran fuente de información sobre nuestra salud.

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¿Cómo se realiza?

Tal y como nos detalla la experta, esta prueba se realiza con una muestra de heces, se envía al laboratorio y tardan unas 3-4 semanas en darnos los resultados.

¿Por qué conviene realizarla?

Una de las preguntas que nos podemos hacer es si es realmente necesario hacerse esta prueba y en qué casos es más preciso llevarla a cabo. “Gracias a esta prueba podemos conocer un patrón en tu microbiota y saber cuáles son sus fortalezas y debilidades. Esto nos da una visión más global de lo que está pasando en tu intestino y tu salud general. A menudo ocurre que tenemos síntomas digestivos (hinchazón, gases, estreñimiento, diarreas, pesadez...) y las pruebas endoscópicas están correctas. Pues bien, esto es debido a que estas bacterias son las encargadas de finalizar el proceso digestivo, fermentar la fibra, metabolizar desechos... sin ellas no somos capaces de hacer correctamente la digestión ni eliminar correctamente los desechos. Estudiar tú patrón nos ayuda a poner un tratamiento para mejorar las funciones digestivas y corregir la clínica asociada”, nos comenta.

Pero es que, además, por otro lado, nos explica que “los desequilibrios en la microbiota se relacionan con ciertas patologías crónicas como las enfermedades autoinmunes, la diabetes, enfermedades de la piel, el autismo, la depresión, las infecciones de repetición, las enfermedades inflamatorias intestinales, etc. No sirve solo para tratar problemas digestivos, sino que es un estudio muy interesante cuando se tiene cualquier proceso crónico, incluso en la prevención de salud”.

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¿Porqué se altera la microbiota?

Elisa Blázquez nos detalla que la microbiota vive en constante adaptación a los cambios de hábitos y de ambiente. “La toma de medicamentos, en especial de antibióticos, los cambios en la dieta, el estrés, incluso un cambio de ciudad o entorno, puede favorecer una adaptación en la microbiota. Puede ir alternándose a lo largo del tiempo si llevamos una vida que no favorece su equilibrio (una mala dieta y mucho estrés, por ejemplo). El cambio suele tener una causa multifactorial”, matiza.

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¿Cuál es el tratamiento que se realiza después de este estudio?

Es el punto clave, y una vez que el especialista tiene los resultados, se realiza un plan de alimentación personalizado basado en un patrón de dieta antiinflamatoria, además se tratan los sobrecrecimientos de ciertos microorganismos o la presencia de parásitos con suplementación y el déficit de bacterias beneficiosas con cepas de probióticos específicos. “El tratamiento lleva tiempo puesto que se trata de ir modulando, poco a poco, un ecosistema complejo y muy diverso”, concluye la experta.