Alimentos muy nutritivos que deberías comer si estás a dieta

Muy a menudo cometemos el error de considerar que para mantener la línea solo podemos comer una serie de alimentos saludables, y que todo lo que se salga de esos listados son tentaciones de las que huir.

Por Cristina Soria

Qué alimentos entran o no en un listado de alimentos saludables tiene mucho que ver con los hábitos culinarios de una región, y todo podría ser distinto si nos hubiera tocado nacer en otra parte del mundo. Porque parece que el podio de los alimentos estrella de las dietas tuviera de forma inamovible al pollo y las verduras (que lo son). Pero hay muchas otras opciones que pueden ayudar a dar color a nuestras comidas y a aportarnos otros sabores.

Nos somos de piedra, y resistirnos a romper una dieta depende de que no sea aburrida, y que logre  ofrecer una variedad suficiente de sabores y texturas para que comer siga siendo un placer. Porque de lo contrario estaremos invirtiendo un sobreesfuerzo innecesario, que podrá dar ciertos frutos momentáneos, y cuando nos veamos bien volveremos a caer en las garras de los alimentos, con el efecto rebote que eso significa.

Por tanto, que la alimentación sea saludable es tan necesario como que sea sostenible en el tiempo, y que no deje de ilusionarnos, aportando sabor y personalidad. Para eso, te proponemos unos cuantos alimentos en los que probablemente no estés reparando, y que por sus valores nutricionales podrían ser perfectos para incluir en una dieta.

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Salmón: anticancerígeno y contra el colesterol malo

Si hubieras nacido en el norte de europa, en Escandinavia, donde el pollo no es tan sumamente común como en la Península Ibérica, probablemente estarías tomando más salmón en tu dieta. Se trata de un pescado que aporta muchas proteínas y Omega-3.

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Es graso, y podría pensarse que esta cualidad le hace menos interesante para la dieta. Sin embargo, son grasas anticoalgulantes y antitrombóticas, por lo que el salmón puede jugar un papel activo en la lucha contra los triglicéridos y el colesterol malo. Además, su ingesta está relacionada con la prevención ciertos tipos de cáncer y su aceite es utilizado para tratar el dolor de articulaciones con personas que sufren inflamación articular.

Es un alimento saludable que hay que consumir como con moderación por el mercurio que aporta. Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), no es recomendable ingerir más de 340 gramos a la semana de este pescado. Por lo que, semanalmente, sería recomendable organizar 2 platos de 150 g.

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Avena, un cereal altamente protéico

Se trata de uno de los cereales con más proteínas y que, además. tiene un alto aporte en fibra. Es saciante y regula los movimientos intestinales, atajando cuadros de estreñimiento. Al igual que el salmón, también lucha contra el colesterol malo por medio de un polisacárido denominado beta-glucano, que a su vez regula y activa el sistema inmunitario, fortaleciendo nuestra resistencia a las infecciones.

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La avena tiene en sus nutrientes varios minerales, como el magnesio, zinc y se considera uno de los alimentos que más aporte de vitamina B1 tiene, además de otras como la B6 y la K.

El hígado, proteína animal muy saludable

Si una dieta puede significar un redescubrimiento de alimentos que no creíamos necesarios en nuestra mesa, el caso del hígado es el más claro, porque culturalmente no goza de buena fama y no es un alimento muy demandado. Sin embargo, de la misma forma que podríamos anhelar hincarle el diente a una morcilla o unos callos, el hígado también es un producto de casquería.

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De entre todas las carnes animales, el hígado es un órgano especialmente rico en nutrientes que no debería pasar desapercibido si estás en plena dieta, porque tiene muy poca grasa y además su sabor no es especialmente fuerte ni su textura desagradable. Todo depende de cómo lo cocines, de que no abuses de él, y de que lo acompañes bien en el plato. Por ejemplo, va muy bien con setas o con verduras.

Por cada 100 gramos de hígado, estás ingiriendo 19 gramos de proteínas, 4 gramos de carbohidratos y 4,5 gramos de grasa. Además de calcio, potasio, yodo, hierro, magnesio, zinc, fósforo, y vitaminas A, B, C, D, E y K.

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