Así deberías entrenar según tu ciclo menstrual

Los cambios hormonales influyen en nuestro rendimiento deportivo. Por eso es importante conocer tu cuerpo si quieres sacarle el máximo partido a la hora de entrenar.

Por Cristina Soria

Los constantes cambios hormonales forman parte de nuestra vida, y no se manifiestan solo afectando a nuestro estado de ánimo o a nuestro apetito. También pueden ayudarnos a entrenar mejor si sabemos escuchar a nuestro cuerpo a lo largo de los cambios hormonales que giran en torno a la menstruación, ya que influyen mucho en nuestro rendimiento deportivo.

Fase folicular, la primera etapa del ciclo

Es la fase que se da después del periodo. En este momento es cuando tu cuerpo se siente más fuerte, porque los estrógenos hacen que aumenten tus niveles de energía. Así que este es el momento ideal para realizar un entrenamiento de fuerza, que te permita ganar músculo, y para ganar resistencia en sesiones de entrenamiento breves pero intensas. El desarrollo muscular te ayuda a quemar calorías y a mantener el peso a largo plazo, a evitar la flacidez de la piel, y a  proteger tus huesos de futuros problemas, como la osteoporosis. 

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El delicado momento de la ovulación

Es la fase central del ciclo, y nuestro cuerpo experimenta algunos cambios, como la reducción del apetito y una elevación del metabolismo. Al parecer, en esta etapa, el aumento de la testosterona provoca un incremento de fuerza. Pero, según varios estudios, durante la ovulación se producen hasta 4 veces más lesiones físicas, especialmente de rodillas. Las causas de esta propensión a las lesiones se desconocen, pero parece ser que los cambios hormonales causan alteraciones en las articulaciones y en el control neuromuscular. Por eso, aunque te sientas con más fuerza, es mejor que seas prudente en tus entrenamientos para evitar posibles lesiones.

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Fase lútea, el momento del síndrome premenstrual

Es el momento previo a la menstruación, cuando se puede padecer el síndrome premenstrual, que afecta a nuestro rendimiento deportivo. 

En esta fase el metabolismo se eleva y aumenta el apetito y, por lo tanto, la ingesta calórica. La bajada de la progesterona provoca una producción de serotonina menor, lo que nos puede causar irritabilidad y alteraciones en el humor.

Los expertos recomiendan en este momento regular la intensidad y aprovechar para realizar actividades físicas que nos ayuden a reponer energía y a descargar tensiones, como la meditación o el yoga. También el pilates puede servir de gran ayuda, ya que ayuda a evitar la inflamación que se produce en estos días. Del mismo modo, te ayudará a sentirte mejor realizar algún ejercicio aeróbico moderado, como la bicicleta.

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Durante la menstruación, tómatelo con calma 

Es muy posible que a causa de la pérdida de sangre te sientas cansada y con poca energía. Además, durante la menstruación disminuyen los niveles de coordinación y vuelven a aumentar las posibilidades de sufrir lesiones. Así que, aunque es beneficioso mantenerte activa y evitar, entre otras cosas, la retención de líquidos, no dudes en entrenar con cargas más ligeras. Ya llegará la fase lútea y sentirás cómo aumenta tu energía.

Si tu cuerpo te pide un respiro en estos momentos, no dudes en dárselo: podrás reponer energía y reducir los niveles de estrés. 

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