Los peligros (reales) de una mala dieta

La experta en nutrición Marta Lorenzo nos recuerda algunos de los principales riesgos que supone para nuestra salud no llevar una dieta equilibrada.

Por hola.com

Las consecuencias de llevar una mala dieta –ya sabes: rica en grasas saturadas y baja en vitaminas,  minerales y fibra…-  son, según los expertos en nutrición, nefastas para nuestra salud y puede dar lugar a numerosas enfermedades. Por tanto, cuidar nuestra alimentación no debería ser únicamente cuestión de estar delgados o no; ya que muchas personas que no sufren sobrepeso también están poniendo en riesgo su salud por llevar una dieta inadecuada.  

“En mi consulta estoy harta de escuchar la típica frase de: ‘¡Qué más da lo que coma, si no engordo y puedo comer lo que quiera!’ Pero, el hecho de no sufrir sobrepeso e incluso, tener una genética que nos predisponga a la delgadez, no quiere decir que estemos sanos. Y es que, si tenemos unos malos hábitos y una mala alimentación, en algún momento nos pasará factura”, explica Marta Lorenzo, nutricionista y colaboradora de Hola.com.

“Tengo que aclarar que hay mucha gente cuyo somatotipo es de ser ‘ectomorfo’; lo que significa que son personas con tendencia a adelgazar, con un metabolismo acelerado que en una situación de estrés, por ejemplo, adelgazan rápidamente y tienen muchas dificultades para acumular grasa en diferentes zonas del cuerpo. También están aquellas personas que están delgadas porque comen muy poca cantidad, pero que lo único que ingieren es comida poco saludable; o las que piensan que no necesitan realizar ejercicio porque ya están delgadas. En todos los casos, una mala dieta puede dar lugar a déficits importantes nutricionales por la falta de ingesta de nutrientes esenciales; pero también hay que tener claro que el ejercicio es importante realizarlo por salud, ya que una vida sedentaria puede dar lugar a multitud de enfermedades”, puntualiza la experta.

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¿Cuáles serían las consecuencias de una mala alimentación y unos malos hábitos?

La experta en nutrición nos recuerda algunos de los principales riesgos que supone no llevar una dieta equilibrada:

  • Cansancio y fatiga. El exceso de comida basura puede provocarte cansancio, fatiga, bajones de ánimo, irritabilidad… Ello es debido a que no estamos aportamos todos los nutrientes necesarios para un óptimo estado de salud. En concreto, las vitaminas y minerales, claves para el buen funcionamiento del organismo.
  • Insomnio. Está demostrado científicamente que la ingesta excesiva de grasas saturadas y cenas copiosas provocan dificultad a la hora de conciliar el sueño y conseguir dormir profundamente.

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  • Inflamación. Una mala alimentación, estrés, falta de sueño, etcétera, puede provocar una inflamación constante en el organismo dando lugar a multitud de enfermedades inflamatorias y otras como la fibromialgia (el dolor crónico en músculos y articulaciones).
  • Sedentarismo. La falta de ejercicio combinado con una dieta inadecuada puede suponer la aparición de enfermedades cardiovasculares. Pero además puede provocar enfermedades como la osteoporosis; ya que el calcio no se absorbe correctamente en los huesos.
  • Problemas de estómago e intestino. Una mala alimentación puede provocar desde dolores de estómago a ardor, acidez, diarreas o estreñimiento.
  • Diabetes. Existe relación entre la aparición de sobrepeso y el desarrollo de diabetes, fundamentalmente del tipo 2. Para su prevención se recomienda seguir la dieta mediterránea en lugar de consumir grasas malas y practicar de forma habitual cualquier tipo deporte.
  • Enfermedades cardiovasculares. Incluir cereales, frutas de temporada y aceite de oliva en tu dieta saludable ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como son el aumento de la presión arterial y la aparición del denominado colesterol malo. También practicar deporte ayuda a prevenir infartos al mejorar la circulación sanguínea.