Consejos prácticos para prevenir el insomnio infantil

En el niño, al igual que en el adulto, el sueño es una actividad o mejor dicho, un parón en la actividad, indispensable y necesario. De ahí que el insomnio infantil es un problema que debe hablarse con el pediatra, para estudiar las causas y poner remedio.

Dr. Eduardo Junco


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Dormir mucho y bien, durante los primeros meses y años es de gran importancia para la buena salud intelectual y física del bebé, del niño y del adolescente. De hecho, un recién nacido tiene que dormir casi todo el tiempo, y su sueño solo debería verse interrumpido para alimentarse.  

A medida que crece, el organismo del pequeño se irá adaptando a los ciclos de luz y oscuridad, al día y la noche, así como al sueño y a la vigilia. De esta manera, aumentará las horas de sueño nocturno pero, durante el día, dormirá menos.

Lo normal es que cuando cumpla el año pase entre 10 y 12 horas durmiendo por la noche y se eche una o dos siestas durante el día. Conforme cumpla años, estas irán desapareciendo y su sueño nocturno se estabilizará en 10 y 11 horas, adaptándose al horario escolar. Sin embargo, no ocurre así en todos los niños y hay algunos que pueden sufrir insomnio infantil, un problema que no solo les afecta a ellos, sino también al resto de la famila.   

Trastornos del sueño en los niños

Los trastornos del sueño en los niños son cada día mas frecuentes en nuestra sociedad y en nuestro entorno. El ritmo de vida acelerado, el estrés, la tensión emocional y las presiones del día a día son factores que afectan a nuestros hijos y que pueden provocarles alteraciones del sueño, al igual que en el adulto.

Existen también otras causas desencadenantes de insomnio como los cólicos intestinales del lactante, los hábitos inadecuados antes de irse a dormir, el llanto nocturno aprendido, los terrores nocturnos, el miedo a la oscuridad o el deseo de meterse en la cama con los padres.

Los trastornos del sueño en lactantes y niños pequeños generan, con frecuencia, problemas de convivencia  y malestar en el ambiente doméstico. Los padres duermen mal, se despiertan repetidamente durante la noche y tienen que levantarse para atender al niño lo que, a la larga, desencadena cansancio e irritabilidad. Pero además, el insomnio repercute en la salud del pequeño.   

 

Cómo ayudarle a dormir mejor

  • Muchos de los trastornos del sueño están generados por errores educacionales. Es aconsejable revisar los hábitos y consultar con el pediatra o con un experto en sueño.
  • La rutina, el orden, y la tranquilidad ambiental favorecen el inicio del sueño.
  • El cansancio previo por la actividad diurna y el baño relajante son medidas que inducen a un sueño reparador.
  • La temperatura ideal del dormitorio es de unos 22ºC. También se aconseja que se acostumbre a la penumbra y se evite dejar la luz encendida.
  • Es importante que la cuna o la cama donde duerma sea cómoda y el colchón confortable. La ropa de cama debe adecuarse a la temperatura del dormitorio para que el pequeño no pase frío o calor que pueda alterar el buen dormir.

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