Todo un reto
Si antes comentábamos que elegir plantas autóctonas era la mejor opción para este tipo de jardines de bajo consumo de agua, ahora hay que puntualizar que la tarea no es tan sencilla como parece.
No basta solo con optar por especies resistentes al calor y a la sequía leve, como las plantas mediterráneas. También han de ser especies rústicas, es decir, capaces de soportar el frío y las heladas de la meseta peninsular.
Sin embargo, y a pesar de la dificultad que entraña la tarea, hay muchas plantas entre las que optar. Si no lo tienes claro, siempre cabe la opción de pedir el consejo de un paisajista o un experto en jardinería.
Como punto de partida, puedes elegir arbustos como el arrayán, el durillo o la jara; árboles como el olivo o los pinos; trepadoras como la parra y plantas herbáceas como la salvia rusa, los allium, los rosales autóctonos o las especies aromáticas como la lavanda y el romero.
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