Nos encontramos en Aravaca (Madrid) y estamos viendo el resultado de construir dos casas adosadas, una para la madre y otra para el hijo, en la parcela donde antes solo existía una. El proyecto ha ido a cargo del estudio EME 157 y se ha apostado por dos viviendas gemelas, casi idénticas en distribución, aunque los interiores del hijo presentan una decoración más actual, pues se apuesta por la máxima de "menos es más". Un estilo minimalista e industrial que dota a los espacios de carácter y personalidad. 
En ambas viviendas las dos generaciones debían llegar a un acuerdo en cuanto al material de la fachada y se decantaron porque fuera ladrillo y en que la vegetación estuviera muy presente, como recuerdo de la antigua casa demolida. En la actualidad la zona de jardín ha quedado reducida en espacio, pero el agradable exterior es el sitio ideal donde tomar el sol, leer o descansar.

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La cocina, directamente en la entrada de casa

Visitamos el hogar del hijo. Comenzar el recorrido por la cocina no es algo habitual, pero lo cierto es que la casa no es nada convencional y no tiene ninguna entrada ni recibidor, el primer espacio con el que te topas es esta cocina de color verde azulado de Ikea. Los ambientes se inudan de blancos y grises, así que la cocina es el contrapunto rebelde de todo el conjunto.

La distribución se realiza con un gran frente de armarios y una isla que sirve de apoyo para trabajar. Una isla tipo bancada diseñada a medida por EME 157 en acero inoxidable, dando un toque industrial al conjunto.

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Sinceridad constructiva

Silvia Méndez-Vigo Chillida y Gerardo Macarrón Jaqueti son los arquitectos de EME 157 que han realizado el proyecto de esta vivienda de arquitectura insdustrial. Nos cuentan que "la casa destaca por su sinceridad constructiva, ves el muro de carga y el forjado directamente, no los hemos revestido de Pladur ni hemos puesto un suelo encima".

Sin falsos techos nos encontramos con ambientes preciosos con 3,50 metros de altura y que dejan a la vista las placas que lo forman.

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Un comedor minimalista

Como hemos visto en la imagen anterior, comedor y cocina comparten un espacio abierto, diáfano y muy luminoso. La alfombra, de KP, se encarga de dar calidez y definir el área para comer. Para que la mesa se adaptara como un guante al espacio disponible, se fabrica a medida y se rodea de unas sillas tapizadas de unas preciosas líneas redondeadas, de La oca.
El largo mueble aparador de la pared es de Sklum y al tener el sobre en madera aporta calidez, sobre él, unos cuadros obra de Guillermo Mora regalan una nota arty al rincón.

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Construcción lista en 7 meses

Todo está conectado, no existen puertas, simplemente un vano abierto desde el comedor conduce a la gran sala de estar. La zona de paso se aprovecha con una gran estantería.
Los arquitectos artífices del proyecto de este adosado nos cuentan en detalle que "al dejar todos los elementos estructurales vistos como acabados, tuvimos que pensar en un método constructivo alternativo que nos permitiese meter todas las instalaciones en fase de estructura: suelo radiante, electricidad, fontanería, ventilaciones... Decidimos construir cada planta de una pasada, con un trabajo previo de definición muy exhaustivo,y  pudimos terminar totalmente cada planta antes de empezar a construir la siguiente". Gracias a este sistema, ¡la obra finalizó en 7 meses!

Un detalle que integra perfectamente al mueble de televisión al espacio, casi camuflándolo, es que se realiza a medida, en prolongación de la escalera.

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La joya de la casa

Reina el estilo minimalista en cada espacio de la casa salvo en el salón, más vestido y arropado y donde entran cromáticas vibrantes como amarillos y rojos.

El sofá es de Qbika y va flanqueado por unos elegantes altavoces para escuchar música o ver la televisión con la máxima calidad de sonido. Las mesas de centro son de la firma nórdica Menu y la gran alfombra, un tapiz que se encarga a medida a KP.

Por otra parte, los materiales arquitectónicos que se seleccionan son mínimos, suelos de hormigón pulido y, para  la escalera, huella de madera. Las vigas metálicas también se dejan a la vista, pintadas de blanco.

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Tres espacios unidos sin trabas

En la planta de arriba encontramos a sur el dormitorio principal, tipo suite con baño y vestidor integrados.

La regla de oro de la decoración minimalista se sigue a rajatabla y el cabacero de cama es un arrimadero de pared. Así pues, todo el equipamiento se estudia al detalle: un mueble bajo sirve para separar la zona de dormir de las de vestirse o asearse y, solo se incluye una mesita de noche. Además, se sigue la tendencia total white, consiguiendo potenciar la ya de por sí gran luminosidad del cuarto.

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No solo en las zonas de día los ambientes se unen y mantienen conectados visualmente, también en los de noche como vemos aquí, con el baño al fondo sin puerta separadora, es el módulo de almacenaje el encargado de delimitar los usos. De este modo, se gana en sensación de amplitud y la luz se cuela sin trabas hasta el último rincón.

Bajo el ventanal, un mueble blanco a medida ofrece una gran capacidad de almacenaje pero resulta ligero visualmente.

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Cuarto compartido (o no)

El dormitorio de los hijos es un espacio abierto que se puede dividir cuando necesitan intimidad mediante la cortina roja. La mesa de estudio de 7 metros de largo va de lado a lado de la estancia, al igual que el ventanal panorámico que inunda de luz la estancia.

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Una refrescante sorpresa

En el terrado los dos adosados comparten una terraza delimitada por muros laterales y una pérgola para protegerla del sol. Este exterior permite devolverles el espacio libre que tenían antes en el jardín familiar, con unas vistas estupendas sobre el arbolado del vecindario y una refrescante sorpresa, una piscina que, a buen seguro hace las delicias de todos, muy especialmente los hijos pequeños.

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