Para dormir de maravilla y lograr un descanso reparador cada noche hemos de cuidar diversos factores. Uno de los más importantes es el colchón, la ropa de cama y también la almohada.
De hecho este último elemento es fundamental para descansar cómodamente. Tanto es así que son muchas las personas que viajan con su almohada allá donde van. Si tú eres una de ellas te conviene saber cuáles son los cuidados que debes darle a tu almohada y cómo limpiarla para que esté siempre en perfectas condiciones.
Para gustos, las almohadas
No hay una almohada ideal que guste a todo el mundo, sino que cada uno tiene sus preferencias en función de sus gustos y de la postura al dormir.
Uno de los criterios más importantes para elegir una almohada es el material con el que está fabricada, algo que determina directamente la técnica de lavado que se ha de emplear.
- Con relleno de fibra de poliéster. Son de las más ecónomicas, pero en absoluto son peores por ello. Resultan cómodas, al ser muy transpirables, y también tienen un fácil mantenimiento.
- De espuma viscoelástica. Flexibles y con gran capacidad de adaptarse a la postura favorita de la mayoría de las personas. No resultan tan transpirables como otros materiales.
- De látex. Muy resistentes y difíciles de deformar, las encontrarás con distintos grosores y grados de firmeza.
- Con relleno de plumas de pato o ganso. Pueden ser de plumas, de plumón o una mezcla de ambos. La pluma es más suave que el plumón, pero este aporta más firmeza.