Los revestimientos y su disposición juegan a favor
Si antes mencionábamos la importancia de los colores, pero indicábamos que ninguno está prohibido a la hora de amueblar y decorar una cocina estrecha, lo mismo sucede con los revestimientos. La lógica marcará las decisiones. Pero los tonos suaves son más adecuados. Lo que sí debes tener en cuenta es que si quieres (y puedes permitírtelo por las condiciones de tu cocina) muebles oscuros, apuesta por revestimientos claros o medios. Y viceversa. Los revestimientos pueden jugar a tu favor en cocinas estrechas a la hora de acortar visualmente, por ejemplo, revistiendo la pared del fondo más estrecha en un tono diferente, más oscuro. O usando un suelo que no potencie las líneas estrechas y paralelas. ¿Ves el detalle de la pared en esta cocina? El salpicadero se polonga hasta la pared, el mueble termina antes y el espacio sobrante se reviste con papel pintado. Ese juego de líneas y cortes también engaña a la vista favorablemente.
Así que evita suelos de tablas, mejor baldosas con efecto continuo (o suelos continuos de microcemento) o cuadradas. Cuantas menos uniones haya a la vista mejor -al fin y al cabo son más líneas que se añaden a las inevitables del mobiliario-. Introducir formas redondeadas funciona -por ejemplo en un azulejo tipo sirena-. Y la ausencia de tiradores o la elección de diseños redondos también aporta al conjunto.
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