Dibujos a mano alzada

Rellenar una pared blanca con una serie de ilustraciones de negro sobre blanco, a mano alzada, es una de las soluciones más estéticas y personales con las que podemos decorar una pared de nuestra casa. El salón se transforma cuando, como en este caso, se plasman unos corsés de antaño, evocadores del Moulin Rouge, y además ponemos una serie de cuadros encima, de viajes, personales y con distintos marcos. La mezcla podría ser arriesgada, y sin duda es ecléctica, pero consigue cierta armonía gracias a que el vinilo en sí es monocolor.

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Hacer desaparecer la puerta

Un concepto muy original cuando tenemos puertas blancas es camuflarla totalmente con un texto encima, como en esta foto. “Haz el amor, y no la guerra” escrito en letras vintage y con un peso contundente al ser una tipografía con mucha tinta, hace que nos olvidemos de que la puerta está ahí, fusionándose con la pared. Además, cuando la abrimos estamos aceptando el trato de esta frase.

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Fuera está el bosque

En esta serie de ideas para vinilos no nos ocupamos de habitaciones infantiles, porque parece evidente que los vinilos son una solución muy socorrida para llenar de dibujos y color el dormitorio de los más pequeños. Sin embargo, lo que vemos fuera de esta habitación de niño es el pasillo de la casa, donde la creatividad sigue fluyendo y se ha convertido en un bosque de dibujos en tonos pastel oscuro.

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Vinilo puntillista

Cuando rellenamos un espacio, no siempre hace falta colmar de color la pared entera o los conceptos con una carga gráfica con mucha personalidad y mensaje. Podemos invadir la pared con motivos muy sutiles, pequeños círculos de colores muy espaciados, que rellenan y personalizan, pero que no demandan atención ni eclipsan al resto de la estancia.

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Diente de león

Los vinilos pueden llegar a decorar por sí solos toda una habitación porque, pese a su sencillez, visten el espacio con toda su personalidad. Este es el caso de cualquier foto que situemos en el cabecero de la cama, aprovechando una pared blanca. Un sencillo diente de león recién soplado, que deja sus semillas volar. Es sutil, delicado, y sin embargo nos evoca sensaciones, deseos y nos permite soñar.

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Recuerdos de toda una vida

Empapelar la pared con las fotografías familiares y generar un efecto atractivo y uniforme es posible gracias al vinilo. En esta foto vemos cómo se ha generado una cuadrícula que organiza el espacio de cada fotografía, ayudando a no dar una sensación confusa. Cuando miramos a la pared se percibe a partes iguales el equilibrio, la personalidad de las fotos y la uniformidad en los tonos de blanco y negro.

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También en el baño

Dar personalidad y cambiar completamente la noción de un espacio es posible con unos pequeños detalles en vinilo para el baño. En este caso son una colección de globos aerostáticos que, en varios tamaños y repartidos por la pared sin llegar a rellenarla, hacen que la primera sensación al entrar al aseo sea muy original. Hasta la propia bañera se pueda convertir en una cesta más de uno de estos globos.

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Laminado con mucha personalidad

Una vuelta de tuerca para decorar una habitación con una fotografía gigante que ocupe toda la pared y la contigua. En este caso, se le dota de mayor originalidad cuando se parcela la foto y se crean franjas independientes que generan un efecto persiana. No se trata de un vinilo al uso, realmente la fotografía está ampliada a la medida de la pared y ha sido impresa sobre lienzo.

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Territorio viajero

Bloompapers

El amor por Nueva York o por los viajes en general queda plasmado en multitud de vinilos. La ciudad que nunca duerme es uno de los temas favoritos de este tipo de elementos decorativos, y podemos encontrar sus edificios históricos como iconos de la arquitectura, y el sabor neoyorkino de los taxis “checker” que llenaron la Gran Manzana entre los años 70 y 80.

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