Sin duda, una de las mejores cosas del verano es la sombra. Mientras el sol se muestra implacable, sentarse, tumbarse o refugiarse bajo una sombrilla o una pérgola es una sensación única, que te permite disfrutar de esta estación del año, de una forma más llevadera y placentera.
A la hora de elegir tu opción, ten en cuenta las dimensiones de ‘tu sombra’, las inclemencias del tiempo, si se trata de un rincón con mucho viento, si queremos que además de cobijarnos, nos proteja de las miradas indiscretas… Todo aquello que influye para conseguir un grado de confort óptimo.
Climatizadores naturales
Las plantas (árboles, arbustos y trepadoras) son buenos aliados a la hora de crear una zona de sombra. La ventaja de estas soluciones vegetales es que las plantas no sólo protegen del sol sino que refrescan el ambiente, lo perfuman con su aroma y permiten jugar con los volúmenes, los colores… Sin olvidar que durante el resto del año, también juegan un importante papel: dejan pasar los rayos de sol en fachadas norte, elevan la temperatura… Pueden ser tu opción también en terrazas o jardines, siempre que elijas especies como el arce japonés o el Prunus kanzan.
Pérgolas: la habitación de exterior
Por un lado son perfectas para disfrutar una comida o cena en familia o una sobremesa larga con amigos, pero también te brindan la oportunidad de disfrutar del exterior en épocas con el tiempo más benigno, como la primavera o el otoño. Sin duda, las pérgolas y los pabellones crean una verdadera estancia en el exterior, ya que no sólo proporcionan sombra sino que te protegen del frío y del viento, proporcionando tiempo extra para disfrutar del exterior. La única condición, eso sí, son los metros. Puedes usarlas tanto en terrazas como en jardines, pero diseña bien el espacio y sus posibilidades.
Decorativamente tienen muchas posibilidades, puedes integrarlas con el espacio para que forme parte de él o concederle personalidad propia, haciendo que gane protagonismo. Así, las tienes en materiales naturales como el cañizo o con estructuras de acero, aluminio y madera vestidas con lamas de madera o con tejidos aptos para el exterior.
Sombrillas: versátiles y decorativas
De quita y pon. Los parasoles son una buena opción, ya que interfieren poco en la decoración, no ocupan y los puedes trasladar donde lo necesites en cada momento. Además, al llegar el invierno se cierran y se guardan para el año siguiente, por lo que no tienes que preocuparte más de ellos.
La tendencia de este año son sombrillas XL y monocolor: desde los clásicos blancos hasta los tonos más vibrantes, como rosas y verdes. Pueden ser de estructura fija o móvil, de manera que la puedas inclinar según las horas de sol y, así, sacarle más partido.
Toldos: sintonía con el entorno
Versátiles y funcionales, atrás se ha quedado esa imagen (terrible) del toldo de rayas descoloridas. Los nuevos diseños son, además de estéticamente más atractivos, capaces de integrarse dentro de la arquitectura y crear paisajes equilibrados y armónicos. Se adaptan a cada circunstancia y necesidad, pero respetando la fachada y los gustos. Mientras sus condiciones técnicas son insuperables: bajan la temperatura entre 2º y 5º C y son capaces de proporcionar sensación de frescura.
Si quieres disfrutar mejor y durante más tiempo de tu exterior, ponle límites al sol con alguna de estas opciones y refúgiate a la sombra.
