La sardina es uno de los pescados azules por excelencia, rico en grasas saludables, y con muchísimas posibilidades en la cocina. Las vamos a marinar previamente para después enrollarlas y rellenarlas con una mezcla de requesón, hierbas aromáticas frescas, aceite de oliva, sal y pimentón.
Para las sardinas marinadas
- 600 g de Sardinas limpias (sin espina, cabeza ni escamas pero con la cola)
- 1 chorrito de Vinagre de manzana
- 1 pizca de Ajo seco molido
- Sal gorda
- Aceite de oliva virgen extra
Para el relleno
- 300 g de Requesón
- 1 pizca de Pimentón
- 1 chorrito de Aceite de oliva virgen
- Mezcla de hierbas aromáticas frescas
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1.
Una vez que tengas las sardinas bien limpias, incorpora sal gorda en una fuente de cristal, un poco de ajo en polvo y un chorrito de vinagre.
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2.
Coloca las sardinas encima con la piel hacia arriba y cúbrelas con otra capa de sal gorda. Repite la misma operación hasta terminar con una capa de sal.
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3.
Tapa con papel film y mete las sardinas en la nevera como mínimo durante 1 hora.
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4.
Saca las sardinas y lávalas muy bien debajo del chorro de agua fría hasta quitar toda la sal.
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5.
Coloca las sardinas en una fuente y échales por encima un chorrito de un buen aceite de oliva virgen extra.
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6.
Para el relleno echa en un bol el requesón, añade varias hierbas aromáticas frescas picadas, un poco de pimentón, una pizca de sal y otra de aceite y mezcla bien con un tenedor.
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7.
Pon un poco del relleno encima de cada sardina y enróllalas.
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8.
Sirve las sardinas rellenas en una fuente y espolvorea con una pizca de pimentón.
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